“Trabajo, desigualdad y violencia de género en el mundo académico”, el primer encuentro del “Ciclo de conversaciones desde el feminismo sindical universitario”

A sala llena y con la presencia de compañeras de sindicatos de distintos puntos del país, comenzó el “Ciclo de conversaciones desde el feminismo sindical universitario”, una propuesta conjunta de la Dirección de género y diversidad de CONADU y el Área de género, universidad y trabajo del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC-CONADU) para reflexionar sobre las problemáticas y paradigmas patriarcales que atraviesan a las universidades y su impacto en las relaciones y condiciones de trabajo.

Carlos De Feo, Secretario General de CONADU, celebró la actividad por ser, además, la primera a cargo de la Dirección de Género y Diversidad de la Federación: “Siempre tuvimos mucho interés en fortalecer este espacio, que representa a las compañeras en la calle, al movimiento feminista popular y al sindicalismo feminista. Sin la participación activa y sin el aporte imprescindible que hacen las compañeras, difícilmente tengamos futuro como sindicato. Inclusive como clase». 

A su turno, Ayelén Díaz, directora de Género y Diversidad de CONADU, resaltó la importancia coyuntural que tiene generar debates desde el feminismo sindical universitario: “Nosotras tenemos una doble tarea en nuestros gremios de base. Por un lado, para que nuestres compañeres entiendan que es necesario que la perspectiva de género y diversidad atraviese todas nuestras secretarías, prácticas gremiales y organizaciones para mejorarlas, para que sean más igualitarias. Pero también es necesario que todes quienes participan en nuestros sindicatos tengan esta mirada para construir una agenda gremial que dé respuesta a las necesidades de nuestros afiliados varones y de nuestras afiliadas mujeres, de identidades no binarias y de la diversidad sexual. Porque si desde los sindicatos no miramos con esa perspectiva no estamos atendiendo a las necesidades de todes”.

Uno de los ejes sobre los que puso el foco Graciela Morgade, vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, fue el contexto institucional donde se desarrollan las trayectorias laborales: “Trabajamos en instituciones donde todavía la mirada de género y diversidad es incipiente. Por eso festejo que nos reunamos a conversar. En primer lugar, para compartir experiencias; pero también para profundizar la formación entendiendo la dinámica micropolítica de las formas patriarcales (homo/lesbo/bi/transodiantes) que están presentes y que afectan a las vidas e inclusive a nuestras intervenciones institucionales”.

Como representante de la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y Contra las Violencias (RUGE) del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Verónica Cruz se sumó a la posibilidad de pensar los espacios de trabajo: “Es un gran esfuerzo construir una praxis feminista que nos permita sortear la caía en lecturas dicotómicas de procesos que son siempre complejos y constitutivamente disputados. Construir la agenda feminista o los planes de igualdad en las universidades públicas son procesos necesariamente políticos y disputados, casi por definición». 

Por fuera del ámbito universitario compartió su mirada crítica Cynthia Benzion, presidenta de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas: “La agenda urgente no puede ser distinta de la agenda importante ni puede dejar a más del 51% de la población afuera. Cuando nos dicen ˋeso después´ nos están diciendo ˋseguí padeciendo lo que estás padeciendo´, ˋcallate y seguí cuidando´. Hay que traer a los compañeros a estas discusiones o cuando pensamos en estrategias sindicales. Por ejemplo, los protocolos que no fueron debatidos desde su origen como una construcción colectiva de todo el sindicato están destinados al fracaso, porque se sienten como elementos que instalaron algunas compañeras trasnochadas y no se logra la apropiación de nadie”.

Para cerrar, Yamile Socolovsky, Secretaria de género y diversidad de la CTA-T, subrayó algunos de los desafíos sindicales: “Nos proponemos pensar el mundo académico desde el mundo del trabajo. Es un desafío político de nuestros sindicatos seguir insistiendo con que las universidades son espacios de trabajo y que la actividad académica es un trabajo. Puede parecer un detalle semántico, pero en realidad es una definición política (…) Y cuando hablamos del mundo del trabajo sostenemos una idea que incluye todo eso que llamamos trabajo y que se vincula con la vida. Pensar en el trabajo no como una condición que es definida por la relación asalariada y mucho menos por el reconocimiento de esa relación asalariada, sino que estamos pensando en el conjunto de actividades necesarias para el sostenimiento de la vida de nuestra sociedad”.