Héctor Recalde:»La seguridad jurídica no la tienen los 4 millones de trabajadores en negro».

El diputado Héctor Recalde presentó un proyecto de ley para hacer efectivo el derecho mencionado en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional que establece el a la “participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección”. La iniciativa despertó un revuelo que llevó al presidente de la Unión Industrial Argentina Héctor Méndez a comparar a la Argentina con Cuba. Además, para oponerse al proyecto se armó un espacio, el autodenomindado G-7 donde se reunieron las máximas autoridades de la UIA, la Sociedad Rural, los banqueros, la cámara de la Construcción, la de Comercio y la Bolsa. En una entrevista con el abogado de la CGT le preguntamos por qué se oponen con tanta virulencia, cuál es el clima en el Poder Legislativo y qué posición tomará el llamado
progresismo.

La iniciativa apunta a distribuir con más equidad la riqueza, la renta nacional, porque cuando el trabajador percibe un aumento del poder adquisitivo, lo vuelca al consumo interno. ¿Por qué los empresarios reaccionaron de esta forma? ¿Ellos no piensan que un contexto social más favorable va a ser más beneficiosos para sus negocios?

Mi lectura es que tienen una mirada corta, de un cortoplacismo que incluso los perjudica a ellos. Además no solamente se trata de un derecho que debería ser común y corriente hoy día en nuestro país.

¿Pero qué puntos son los que más les molestan?

Primero los problematiza el derecho a la información, y yo calculo que para muchos de ellos esto tiene que ver con los cuatro millones de trabajadores en negro. Y evidentemente hay empleadores de esos cuatro millones, que si tienen empleados en negro también deben tener sus economías en negro, o parte… Y entonces que haya un control, o un acceso a la información por parte de los sindicatos y de los trabajadores, les ocasiona un revoltijo. Y por otro lado, la avidez cortoplacista que los caractiza. Mahatma Gandhi hablaba de la avidez de los dueños de la tierra, yo creo que también en algún sector algo de eso hay.

¿Y hasta donde pueden llegar con esa avidez?

La avidez los lleva a negar la existencia de un derecho constitucional. Al principio directamente negaban el derecho, después se basan en convenios de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que no existen. En realidad se refieren a una recomendación de 1960… Y además hablaban sin conocer el proyecto. Porque cuando nosotros lo redactamos hay normas en el propio proyecto que generan un consejo tripartito: con los trabajadores, los empresarios y el Estado. O sea que se los contempla con una participación activa en la implementación. Y por otra parte no es una ley, es un proyecto. Yo ya había dicho en varias oportunidades que los iba a citar, y además iba a citar en primer lugar a la Unión Industrial Argentina (UIA), que había sido la primera en criticar el proyecto. Y quiero señalar, que cuando una hace un juicio sobre algo que conoce, es un juicio de valor. Cuando uno hace un juicio sobre algo que desconoce, como en este caso, es literalmente un prejuicio, un prejuzgamiento.

Ponen el derecho a la propiedad por sobre el derecho al trabajo digno.

Claro, y no solamente por encima, sino negando el derecho a la participación. Me parece que en toda doctrina constitucionalista se habla de la armonización de los derechos establecidos en la Constitución Nacional, no hay derecho absoluto más que a la vida. Por otra parte, es muy primitivo el concepto, porque nos llevaría al absurdo decir que es inconstitucional la constitución. Porque no solamente fue consagrado en 1957, en 1994 no solamente fue ratificado sino que se incorporó en el artículo 75 inciso 19 dos categorías muy importantes: incorporan el principio de justicia social como norma constitucional, y segundo también habla de la progresividad de los derechos.

Además del argumento de la propiedad, hablan de “seguridad jurídica”. ¿A qué se refieren?

Cuando hablan de que no hay seguridad jurídica, o de que se cambian las reglas de juego, en realidad lo que quieren en mantener el statu quo. Algunos – y no sería de extrañar – tal vez añoran el statu quo y la seguridad jurídica de la dictadura militar; otros la de la década del 90, del neoliberalismo; otros la de la Ley Banelco. Pero volviendo al principio, esta es la oportunidad porque nuestro país volvió a la seguridad jurídica que debe existir, y volvió a las reglas de juego que deben primar a partir de mayo de 2003. Todo el mundo sabe que las reglas de juego son éstas, no aquellas.

Algunos se preocupan más por los inversores extranjeros…

La seguridad jurídica no la tienen los cuatro millones de trabajadores en negro. Esa es la seguridad jurídica que falta. Así que digamos que no conmueven, hacen declaraciones que en realidad son decimonónicas. Estoy viendo ahora con la televisión en mute, a un banquero, a (Jorge) Brito (dueño) del Macro, que tuvo una rentabilidad mayor al 50 por ciento, cuando el promedio en el mundo es el seis… y dice que se viola el derecho a la propiedad privada. Pensar que el derecho a la propiedad es un derecho absoluto, es conmovedor…

Se juntaron la semana pasada estos muchachos que armaron un G-7

Les va a ir como el siete…

Si… ¿Y los representantes políticos qué piensan? ¿Cuál es el clima en el Congreso con este proyecto?

Es bueno esto, porque vamos a ver quién es quién en la representación política, en diputados y en senadores. Porque ya no tienen qué pedir. Uno comprende el “sí, pero” cuando el “pero” es para corregir, para discutir algún punto… Ahora, cuando en el “sí, pero”, el “pero” se agranda tanto, se forma una estructura enorme, se termina ahogando el “sí”. Esto uno lo puede observar en algunas de estas acciones. Incluso me sorprenden algunas declaraciones de sectores que se suponen que están en el centro izquierda, diciendo que van a apoyar el proyecto de participación de los trabajadores en las ganancias si cambiamos las políticas tributarias, y si modificamos la ley sindical. Todo está para ser discutido, pero no para ser canjeado.

¿Quiénes plantearon eso?

Lozano, por ejemplo. Me llamó la atención. Porque Claudio Lozano, con (Eduardo) Macaluse y otros compañeros habían presentado un proyecto de participación de las ganancias, y lo receptaron el 28 de junio. Destaco esto, porque ellos mismos habían presentado un proyecto. Muchachos, paren la mano…

¿Y la UCR qué plantea?

Bueno, yo me basé en un proyecto de Hipólito Solari Yrigoyen, y me llamó después por teléfono y estuvimos charlando y quedamos en juntarnos la semana que viene. Pero muy bien, lógicamente.

¿Se manifestó a favor?

Sí, con Ricardo Alfonsín nos cruzamos en TN y también me dijo que estaba a favor. (Oscar) Aguad está en contra, dijo que era una imbecilidad. Él después me dijo mano a mano que no, que no había dicho que era una imbecilidad, yo le creo, pero hay una desgrabación donde dice que eso lo dijo él.

¿Y dónde está parado Proyecto Sur?

Me junté con Pino Solanas y me dijo que me felicitaba por el proyecto. Quiero aclarar esto para dar mi interpretación auténtica y honesta como siempre: Pino me felicita por la presentación del proyecto pero no quiere decir que esté de acuerdo en cada punto. Seguramente me felicitó por la directriz, así que le dejo piedra libre para discutir después los pormenores. Pero nos cruzamos en Diputados y fue una cosa espontánea de él.

Bueno, la verdad que es un paso muy importante porque el proyecto iniciado en 2003 no puede sostenerse si no se sigue profundizando, ¿no?

El 29 de junio yo hice unas declaraciones que publicó Ámbito Financiero el 30, diciendo esto que estás diciendo vos ahora. Yo digo: “No nos ganaron, perdimos”, y perdimos porque no supimos profundizar. Hice un mea culpa mía: “No supe profundizar más los cambios y avanzar con más rapidez”. Esta es mi interpretación. Y por eso se explica la capacidad de recuperación que hubo, desde las elecciones de junio hasta ahora, que cambió absolutamente el panorama, y esto se ve en las encuestas.

¿Por qué?

Porque hay militancia, porque hay garra, juventud, que renace. Una juventud que supo evitar y resolver falsas contradicciones que se daban en los 70. La juventud sindical y la juventud peronista estuvieron unidas en dos actos en el Luna Park, con una alegría y una militancia… Esto es lo que nos da a nosotros una supervivencia política hacia el futuro.

Secretaría de Prensa CONADU