No más gatillo fácil. Repudio a la Doctrina Chocobar.
La Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) repudia enérgicamente la resolución 956/18 firmada por la ministra Patricia Bullrich que modifica el protocolo que las fuerzas de seguridad debían aplicar antes de accionar sus armas de fuego. Dicha resolución da vía libre al arbitrio de las fuerzas represivas, autorizando a disparar cuando un “presunto delincuente” posea un símil de arma letal, o cuando se presuma que la posee. También autoriza a abrir fuego cuando se efectuasen “movimientos que indiquen la inminente utilización de un arma” o “cuando la imprevisibilidad del ataque esgrimido, o el número de los agresores, o las armas que estos utilizaren, impidan el materialmente el cumplimiento del deber”. En rigor, podrán disparar aún cuando alguien posea un arma de juguete, cuando interpreten que podría llevar un arma, o cuando consideren que un grupo de personas tengan intenciones de impedir “el cumplimiento del deber”.
Consideramos muy peligroso que a través de esta doctrina, en un país con los antecedentes de “gatillo fácil” y abusos por “portación de cara”, se libere a las fuerzas represivas de las más mínimas garantías civiles y del principio de no intervención cuando se ponga en riesgo la vida de las personas, priorizándola sobre la propiedad privada. Repudiamos también el doble estándar: por un lado, la ministra de Seguridad afirma que “quien quiera tener un arma que la tenga”, y por otro que se pueda disparar a todo aquel que “presuntamente” esté armado. De esta manera, el nuevo “Reglamento General para el Empleo de las armas de fuego por parte de los miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad” reconfirma como válida la Doctrina Chocobar y vuelve a poner en práctica la teoría del “enemigo interno” que tanto daño le hizo a nuestro país.
Exigimos que se revea esta medida que da libertad para cometer los peores abusos de violencia institucional, para que no tengamos que lamentar mayores casos de gatillo fácil y arbitrariedades por parte de las fuerzas de seguridad. No es alentando la paranoia y la violencia la forma de vivir más seguros, sino alentando la justicia social y la tolerancia en nuestro pueblo.