Entrevista con Beto Pianelli: «Queremos una central que organice a los sindicatos en común»

La lucha de los trabajadores de los subtes fue cobrando protagonismo desde el año 2000, a tal punto que el sector que encabeza “Beto” Pianelli terminó siendo citado como ejemplo de las nuevas prácticas sindicales. Ellos empezaron como minoría de uno de los sindicatos de la UTA (Unión Tranviarios Automotar), gremio integrado a la CGT. Funcionaron durante un tiempo como un sindicato al interior de ese espacio gremial hasta que decidieron “romper” con esa estructura orgánica y se constituyeron como sindicato afiliado a la CTA. Hoy Pianelli es candidato a Secretario General de la CTA Capital, en la Lista 10, el sector que conduce Hugo Yasky.

“Nosotros veníamos haciendo un trabajo conjunto con la CTA desde hacía tres años, la CTA nos prestaba las instalaciones, Hugo Yasky había estado presente cuando le pegaron a Néstor Segovia (en el marco de un conflicto). Y en medio de este proceso eleccionario entramos a las CTA”, cuenta.

Para muchos es sorpresivo que estén en la lista 10.

¿Por qué? Una minoría de nosotros viene, o un grupo grande viene de formación marxista, varios trokos, y algunos del PC. Y era imposible terminar en la Lista 1 (Donde a nivel nacional está Pablo Michelli y en Capital Carlos Chile, que representan al histórico sector que conduce De Gennaro).

¿Por qué?

Y nosotros el primera análisis que hacemos, por el cual antes tampoco estábamos en la CTA es que era una central testimonial. Y nosotros nos formamos en la acción directa. Y qué me importa que vengas y hagas un documento sobre la decadencia del capitalismo mundial. El problema es cómo hacemos para ganar el conflicto mañana, lo nuestro es la relación de fuerzas, en la acción. Entonces era complicado estar en la CTA y más en la CTA del Tano De Gennaro. Para nosotros en imperdonable que en 10 años el Tano no haya bajado ni una vez al subte, ni siquiera a ver qué eramos. Aparte nosotros teníamos amigos en la CTA, en la mesa nacional, y sabíamos lo que opinaban de nosotros.

¿Qué opinaban?

Y, para (Pablo) Michelli era un problema. Para el Tano De Gennaro era comprarse un problema, enfrentarse con la UTA. 0Después que en CTA hay debates un poco delirantes, lo estatal es mucho más light que lo privado. Y el trabajo sobre privados de la CTA era una irresponsabilidad absoluta. Excepto los telfónicos de FOETRA que laburan en conjunto con CGT, que me parece lógico y normal… y algunas otras excepciones, hasta por ahí nomás. Y aparte algunas concepciones teóricas de la propia CTA.

¿Cómo cuáles?

Por ejemplo la revalorización de la clase obrera, como si hubiera perdido su centralidad. Eso de los múltiples sujetos… nosotros hasta los movimientos sociales aguantamos, después de ahí no. La afiliación individual es algo liberal. O por ejemplo, hacer sindicatos de precarios: es un desastre, eso es sostener la precarización, es una política reaccionaria. O multiplicar los sindicatos, es una política reaccionaria. Y eso no quiere decir que la política tenga que ser un único sindicato. Nunca nos planteábamos entrar a la CTA.

¿Qué piensan del sindicato único?

Quisiéramos tener un sindicato único, el problema es que eso no es una cuestión de deseo, es una cuestión de posibilidad real y los diferentes momentos por los que atraviesa la clase obrera. En un momento de ascenso, de auge de la clase obrera puede haber un único sindicato. Pero cuando los procesos no son de auge, ni de ascenso la tendencia es que los sindicatos se burocratizan… normalmente se burocratizan, porque si no hay movilización no hay forma de controlar. El tema es qué tipo de burocracia se genera. Si es la burocracia que puede haber en Uruguay o en Brasil, son burocracias, pero hay elecciones, entonces vos vas, te presentás, ganás y te dan la llave del sindicato. La burocracia de acá se parece más a la burocracia yanqui: no te acercás a la puerta el día que hay que presentar las listas, no llegás a presentarte. Entonces ahí de qué sindicato único podemos hablar. Si tuviera que hacer una ley diría que la clase obrera se tiene que organizar como quiera, y se va a tender a unificar, porque va a defender los mismos intereses. Entonces cuando hay procesos de ascenso te enfrentás a los burócratas que contienen, o que usufructúan a esa dirección.

¿Y por qué son importantes estas elecciones?

Porque se discuten algunas cosas que son importantes. Los compañeros de Pablo (Michelli) y la banda de ellos nos dicen la verdad: “ustedes quieren una central sindicalera”. ¡Sí! Acá tenemos una diferencia clara: queremos una central sindicalera. Y los otros quieren una central cuyo centro sea la acción política. Después vemos qué acción política, porque en eso también tenemos diferencias. Yo creo que aunque fuera la acción política correcta, no serviría como herramienta. Entonces, queremos una central sindical, que sea sindicalera. Y que organice a los sindicatos en común, para unificar a la clase obrera en el marco de una sola organización. Eso es lo que necesitamos, y la CTA no hace eso.

¿Y la política partidaria qué lugar ocupa en esa central sindicalera?

Nos proponen una central sindical, que haga de la acción sindical un testimonio político. Es casi un partido político. Un partido es una parte, y una organización sindical es una organización de toda la clase. Y es heterogénea, tiene diferentes expresiones políticas: hay reformistas, revolucionarios, conservadores, de todo. Y eso se expresa políticamente en superestructuras políticas. No me chamuyen que puede haber una posición política que unifique al conjunto de la clase trabajadora. Nunca fue así, ni será así. Precisamente porque tienen diferentes ubicaciones, momentos y lugares en la producción, existe la aristocracia obrera, existen los sectores más miserables. Hay de todo: existen los que tienen mucho para perder, los que no tienen nada para perder; unos que mandan a sus hijos a escuelas privadas y otros que no pueden mandar a sus hijos al colegio. Es muy heterogéneo y eso se expresa en política. Uno debería buscar una organización de frente único para defender sus intereses, pero después políticamente eso se va a expresar de otra manera. La historia demuestra eso.

¿Cómo se tiene que para la CTA en la situación política actual?

La CTA nace en un proceso donde la clase obrera estaba a la defensiva, recibía cachetazos. Es una reacción defensiva de un sector de trabajadores que enfrentan lo que es el modelo neoliberal con la privatización de las empresas del Estado, que tuvo una expresión desde el punto de vista de la superestructura sindical, que fue CTA y el MTA (Movimiento de Trabajadores Argentinos, que lideraba Hugo Moyano). Y la CCC más horizontal, o más de base… más en el interior. Hoy el proceso es otro, y en ese proceso ha habido avances en los cuales te permite dejar de ser una central testimonial. A partir del 2001 cuando el proceso se invierte, la CTA no logra intervenir en ese proceso de inversión. De hecho el movimiento piquetero no se aglutinó detrás de la CTA, hizo los congresos piqueteros, las empresas piqueteras. Tuvo su pata piquetera con la FTV, pero en general el movimiento piquetero que debería haber encontrado un punto de referencia en la CTA, no fue.

¿Por qué?

Ahí empezó a no ver el proceso. Ni hablar cuando ese proceso empieza a tener otra característica: de recuperación de conquistas. En ese momento es justo el cambio de dirección en la central y surge toda una vanguardia, que fue derrotada, y es la vanguardia que nosotros sí conocimos en el movimiento sindical, que son listas de oposición, comisiones internas, cuerpos de delegados que surgen a partir de la salida de la crisis.

¿En el 2003?

Sí, 2003. La CTA fue ajena en todo eso. En un debate con el Tano De Gennaro, él planteaba que la juventud que se viene… Le digo, “mirá yo los conozco a todos, y era una generación que se hizo mierda”. ¿Y qué me contesta? “Porque fueron a los partidos políticos y no vinieron acá”. Vos lo que te tendrías que preguntar es por qué no vinieron acá.

¿En el 2003 hubo un proceso de renovación en los sindicatos?

Claro, nosotros ganamos en el 2000. Somos de los primeros nosotros, telefónicos (FOETRA) y Ferroviarios. Pero hicieron bastantes cagadas y los cachetearon. Pero después de ese momento surgen cantidades: en la carne, en metalúrgicos, en todos los sectores de servicios. En todos lados, inclusive la oposición docente. No es casualidad que la oposición docente ganara en ese momento, creo que porque no estaba bien ubicado para este proceso CTERA. CTERA se reubicó, y es evidente porque recuperó todo. Ese vanguardia se desubicó, se hizo pelota, eso está claro, muy pocos sobrevivieron.

¿Y qué hay que hacer para sobrevivir en este momento histórico?

En este proceso que se viene ahora, para sobrevivir hay que intervenir, incidir sobre la realidad para modificarla. Sino no servís para nada. Si vas a seguir haciendo libritos, y ojo que nosotros tenemos una editora, no estamos en contra de los libros. Pero si tu actividad central va a ser dar testimonio, estás muerto. Vas a ser un cadáver político. Esto es así. La crisis de la CTA es esencialmente una crisis de crecimiento.

¿Cómo hay que intervenir en la realidad?

Hay que intervenir en los procesos tal cual son. No puede haber un conflicto donde no estén presentes los gremios de la CTA, donde no participen, no vayan a llevar su solidaridad, no vayan a ponerse al servicio del conflicto. Inclusive corremos ese riesgo porque uno viene de una estructura conservadora, toda estructura es conservadora, pero tiene que cambiar su política y hacerla ofensiva. Aparte hay resistencias, que quieren todo ordenado, que nos les gusta el quilombo. Esa situación también nos va a afectar a nosotros. No es nuestro caso, pero muchas veces hay cuestiones corporativas donde con buenas intensiones hay gremios que presentan dos listas para no dale la minoría a la minoría. ¡¿Qué te jode?! Porque en toda estructura conservadora esas cosas van a pasar, nosotros las tenemos adentro. Para mí el salto cualitativo es que la central vaya y esté presente en todos los conflictos. Porque no se trata de si sos trosko, si sos qué; el tema es poder sentarse a charlar. Porque serán locos, pero son nuestros locos. Esa es la central que necesitamos, sin ver cómo te responden, si se van a querer acercar, o si van a querer tomar distancia. Porque es lógico, intervienen otros fenómenos, en la realidad intervienen otros grupos. Entonces vos tenés que tener una política ofensiva, no ser irresponsable, ser cuidadoso en las políticas de los privados, meterte en los privados. La desesperación es pensar cómo te metés en los privados, y no cómo conservo el sindicatito de estatales de un pueblo. Está bien, hay que cuidar a los compañeros de cada lugar. Pero los tipos no duermen porque tienen tres tipos de oposición.

Vos que sos un trosko confeso, ¿Cómo te llevás con el kirchnerismo?

Yo creo que hay mejores condiciones que antes y que uno tiene que tratar de ser objetivo: la realidad es como es. No es como era ni como creías que tenía que ser. Para mí evidentemente ha habido un cambio. A partir de 2001 se cambian las condiciones económicas, del mercado mundial, y las organizaciones pueden ir para cualquier lado. Y yo creo que el kirchnerismo ha tenido algunas virtudes importantes, inclusive – a diferencia de los que opinan gran parte de los troskos- no fueron producto de la presión del movimiento de masas. Yo no he visto millones, o miles, o cientos movilizándose a favor de la ley de matrimonio igualitario. Para qué me voy a pelear con la Iglesia, si no tengo miles en la calle. Y aparte lo que se peleaba, que bancaban los sectores de la diversidad le da plenos derecho a costa de un enfrentamiento con la Iglesia gratuito. Me refiero a que no es que la presión los obligó, es una decisión política. Hubo voluntad de hacer eso. Lo mismo cuando hablás de la asignación universal por hijo. Evidentemente no era política del gobierno, pero la aplicó, ¡y no era política de ellos! Algunos dicen que la política de derechos humanos es un acto de demagogia.

¿Qué es demagogia?

Es demagogia cuando uno dice que va a hacer algo y no la hace, si los tipos están en cana dejó de ser demagogia para ser una acción concreta. Entonces después no podés tener una discusión infantil de si en realidad ellos estaban convencidos, si lo hacen por una visión electoral… ¡qué me importa! El hombre es el hombre y sus circunstancias. No somos librepensadores, actuamos en la realidad en base a las circunstancias.

Hay cambios importantes respecto de los 90…

En los 90, precarizaban y no te preguntaban si te querías precarizar. Te precarizaban, o salías del mercado laboral. Bueno, hoy hay 80 ferroviarios que cortan la vía contra la precarización para que los pasen a planta, 80 en hora pico en el Roca, donde viajan miles y miles de personas. Hasta que la gente se cansa y los quiere pasar por encima, y viene la policía y reprime a la gente, no a los 80 trabajadores. Que son menos, llenos de banderas rojas, que los podrían correr a un costadito. Eso me da mejores condiciones. ¿Lo hacen por una actitud demagógica para decir que no reprimen? Sí, pero me da lo mismo, a mí me da mejores condiciones para poder avanzar. No soy kirchnerista, ni mucho menos, nunca fui peronista, ni lo quiero ser. Tampoco son revolucionarios, no quieren el socialismo, ni nada que se le parezca a eso. Por lo menos no lo quieren y lo dicen abiertamente, lo dijo Cristina, en la Plaza de Mayo cuando estábamos apoyando la 125, que de la lucha de clases están lejos. Innecesariamente, casi, uno tenía la ilusión de que no lo diga. Capaz que uno se quería creer, un cachetazo fue, ¡paf! Despertate, años de utopía, de sueños, hasta que te despertaron y te dijeron andá a trabajar. Está bien, es lo que es. Ahora, es indiscutible que en este momento histórico, si hubieran movilizaciones de masas pidiendo la nacionalización de los medios de producción o si estuvieran pidiendo la expropiación de las multinacionales… ¿Qué se yo cómo actuaría el kirchnerismo? ¿Se va a poner de un lado o del otro? Lo veremos en ese momento. Hoy, no sabemos. Hoy lo que está haciendo en estas circunstancias es progreso.

Uno podría pensar que hay medidas que no se toman porque no hay condiciones, y como pasó con la nacionalización de las AFJP, los tipos te terminan sorprendiendo.

Nadie hubiera dicho hace 15 años atrás que Kirchner iba a nacionalizar las AFJP. Creo que él mismo, durmiendo a la noche, se despertaba todo transpirado si le decían que lo iba a hacer. Pero qué me importa. Ellos generan condiciones desde la superestructura.

¿Qué pensás sobre la autonomía?

Yo me pregunto en base a qué la autonomía. Nosotros queremos discutir qué significa. Si autonomía significa que por ejemplo frente a los hechos de la Media Luna en Bolivia yo me paro por fuera y digo que es un problema interburgués. Bueno, no. Esa autonomía no queremos. O decir que el de Venezuela es un conflicto entre la burguesía chavista y la otra, no. El problema es si con Central uno tiene una política autónoma que se determina en base a los intereses de los trabajadores. No en parte de tal gobierno o del frente opositor o de lo que sea. Uno tiene independencia para definir su política en base a los intereses del colectivo.

¿Intereses interburgueses?

Mientras la clase obrera no es un sujeto político que te pueda intervenir en la realidad, siempre todos los conflictos van a ser interburgueses. Es más, si la clase obrera quiere pararse tiene que intervenir en eso, para poder ser un actor en la realidad política nacional. A partir de ahí va a poder tener poder propia, sino termina como furgón de cola. Si la discusión es si estás acá o allá, no te podés ir solo en al Obelisco, no hay nadie, no se va a enterar nadie. No hay otra. Es el momento de mayor politización hay, donde vos tenés que intervenir, pero podés intervenir si estás en algún lado. Si no estás en ningún lado, no intervenís. No sos parte del proceso. Esto es parte del protagonismo que tiene que tener la Central. Es fácil quedarse al costado, una política para arqueólogos, es liberal, es de testimonio, para decir dentro de 40 años cómo nos equivocamos. Y no hicieron nada. Un delirio, esa política te lleva a la esterilidad absoluta. Este es el debate de fondo, porque existe la posibilidad de dejar de hacer esto y pasar a intervenir. Y ellos se niegan con distintos argumentos: la autonomía, si son puros o impuros, o si lo hacen por oportunismo.

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