Agustín Sigal: “En materia hidrocarburífera se está construyendo cada vez más soberanía”
En “CONADU en el medio” nos metimos con temas difíciles, por eso llamamos al Lic. en Física Agustín Sigal: docente, investigador de la Universidad Nacional de Córdoba, y especialista en energías renovables y vectores energéticos, para analizar el presente y futuro de nuestro país.
– CONADU: El desafío es que podamos entender de qué se trata lo que hacés…
– AGUSTÍN SIGAL (AS): Claro, yo trabajo principalmente con vectores energéticos asociados al aprovechamiento de energía renovable. Es decir, en particular encaramos el problema del hidrógeno como potencial del vector energético o combustible para el sector transporte en Argentina.Yo estoy abocado a dos cuellos de botella para una futura economía del hidrógeno: por un lado, su almacenamiento en materiales carbonosos híbridos; y por otro, estudios de económica ambiental y de producción de hidrógeno a partir de energía renovable.
Para entender un poco hay que saber también que las energías renovables no son como las energías convencionales —la nuclear, el petróleo, las centrales térmicas o el ciclo combinado de gas— porque son intermitentes. Entonces, cuando existe el recurso solar o eólico tenemos que aprovechar al máximo ese recurso.
– CONADU: Tienen una ventaja por sobre las otras energías que es que siempre va a haber sol y viento. Aunque no tenemos todo el día sol y todo el día viento.
– AS: Exactamente, eso quiere decir que son intermitentes y deslocalizadas temporalmente. Por eso hay que almacenarlas de alguna manera para así utilizarla fuera de los picos de demanda o, por ejemplo, para producir hidrógeno y utilizarlo en celdas de combustible para el transporte o en motores de combustión interna readaptados para utilizar con mezcla de GNC. Eso significa un vector energético: la nafta es un vector energético por ejemplo.
– CONADU: Lo que genera energía…
– AS: No, la energía se genera a partir de las energías primarias. Un vector energético transporta, es portador de energía. La batería de litio que tenemos en los celulares, por ejemplo. No produce energía sino que almacena y después la administra en los dispositivos tecnológicos.
– CONADU: ¿Y en qué situación está nuestro país en estas investigaciones? ¿Es posible que esto de algún modo sea más común y reemplace a otras energías?
– AS: Por supuesto. Yo creo que hay poca difusión del tema. En Argentina hay una planta de hidrógeno muy importante que está en Pico Truncado que pasó ya a una escala semi-industrial. También hay otra planta de hidrógeno en el sur. Estas plantas ya producen hidrógeno a partir de energía eólica y tienen dispositivos, y prototipos autos que funcionan también con mezcla de GNC e hidrógeno.
O sea, en Argentina esto existe. Obviamente, en otros países hay más tecnología disponible, existen colectivos a nivel internacional que ya funcionan en el mercado; conservas de combustible o vehículos híbridos con batería de litio y célula de combustible hidrógeno, o con motores de combustión interna con GNC e hidrógeno. Existe ya a nivel internacional pero también en Argentina.
– CONADU: Y para que estas cosas se hagan masivas, ¿qué falta? ¿Que la industria se interese por esto?
– AS: Sí, yo creo que depende también de la coyuntura actual y de muchos años que hay que desandar de una fuerte dependencia del país con los combustibles fósiles. El mundo entero, pero sobre todo la Argentina es un país fuertemente dependiente de los combustibles fósiles. Yo por eso creo que hay que observar la coyuntura actual de dos aristas que no son necesariamente dicotómicas. Por un lado, personalmente veo con muy buenos ojos que se viene ganando mucho en soberanía energética en materia hidrocarburífica. Con el control por parte del Estado de YPF; sin ir más lejos, ayer YPF anunció que descubrió un yacimiento convencional con 15 millones de barriles de petróleo. Y eso a la vez no es ni el 1% de los no convencionales de Vaca Muerta. Pero por otro lado, nuestro país sigue siendo un país fuertemente dependiente de los combustibles fósiles. Para darte un ejemplo, el 50% de la matriz de producción de energía primaria es de gas natural, el 85% en total de la energía consumida de fósil. Y de ese 50% de gas natural el 33% se destina a la generación eléctrica en centrales térmicas. Más allá de que se está ganando en soberanía, el desafío también es empezar a diversificar la matriz tendiendo un puente hacia un sistema más sustentable.
– CONADU: Porque además en la Patagonia, por ejemplo, que hay muchas posibilidades de generar energía eólica, no existe o se conoce tanto desarrollo. Uno viaja a España y se ven los aerogeneradores por todos lados.
– AS: Hay desarrollo pero no comparado a otros países. China, Estados Unidos, España, Alemania, son países que lideran el negocio eólico. Argentina está por debajo del lugar 30 rankeado en eólica con 220 megavatios, que es poco en comparación a lo que se podría generar, que son más de cinco mil. Se podría generar más de ocho centrales Atucha en eólica.
Yo creo que tiene que ver también con la apuesta en esta coyuntura por los no convencionales que también un poco desplaza. Por eso hago hincapié en que la discusión no tiene que ser dicotómica en términos de hidrocarburos: combustibles fósiles versus; sino en realidad considero que hay que empezar a diversificar. Igualmente hay una apuesta al sector eólico que tengo expectativa de que crezca en los próximos años.
– CONADU: También por ejemplo en el norte se ve mucho el uso de la energía solar en escuelas, en lugares de difícil acceso.
– AS: Sí, tal cual. La verdad es que nuestro país es muy privilegiado en términos de disponibilidad y localización de recursos renovables, porque además de la disponibilidad la disposición subespacial a lo largo de todo el territorio hace que las tres principales energías renovables se complementen perfectamente en términos geográficos.
Porque si te fijas, todo el sur, toda la Patagonia, la costa de Buenos Aires y la costa atlántica hasta el sur de Córdoba disponen de excelentes discursos eólicos. Luego, el sector de Cuyo hacia el noroeste tiene un gran potencial solar, y el NEA tiene muy buen potencial biomásico. O sea que la Argentina es privilegiada en términos de recursos y también por la disposición para avanzar en la generación distribuida; eso también es un desafío para la matriz en Argentina. Empezar a construir más generación distribuida, o sea no tantas centrales grandes sino generación a pequeña escala en los puntos de mayor potencial.
– CONADU: ¿Cómo ves las políticas de Estado al respecto? ¿Pensás que se está cambiando? ¿Se está contemplando este tema últimamente?
– AS: Creo que en materia hidrocarburífera hay que ver con buenos ojos el hecho de que se ha construido y se está construyendo cada vez más soberanía, con el control por parte del Estado de YPF.
– CONADU: ¿Y en cuanto a lo renovable?
– AS: En cuanto a lo renovable falta por hacer mucho, pero hay que profundizar un modelo en base al crecimiento y creo que hay que apuntar no solo a los recursos renovables sino también a la eficiencia energética. Que un país pueda crecer en su PBI sin crecer en su demanda energética.
Obviamente que falta mucho pero personalmente lo tomo como desafío hacia el futuro, porque es un momento complejo que vive no sólo la Argentina sino el mundo y la humanidad digamos. Y para hacer crítica al sistema actual, que es fuertemente dependiente de los hidrocarburos, hay que sustentarlas con propuestas, con ideas creativas y con estudios serios por parte de las universidades. Tendiendo puentes hacia una matriz energética más sustentable, que no comprometa al medio ambiente pero que tampoco hipoteque el futuro del país.
Creo que sí, que falta mucho por hacer, que hay voluntades, pero como vivimos en una economía del petróleo a nivel mundial es difícil dar batalla.
Entrevista hecha por Cristina Pauli y desgrabada por Gabriel Di Battista.