Darío Sztajnszrajber: “Las certezas son siempre supuestos funcionales a los que tienen el poder”

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Entre sus múltiples actividades, Darío Sztajnszrajer docente de Filosofía en FLACSO y en la UBA, conductor de los programas “Mentira la verdad” y “El amor al cine” por canal Encuentro, columnista de radio y protagonista en teatro, pasó por “CONADU en el medio”.

 

 

– CONADU: ¿Cómo es esto de hacer que la filosofía sea interesante y salga por televisión?

– DARÍO SZTAJNSZRAJBER (DS): Es que lo extraño es que no lo fuera. Qué había pasado en la historia de la filosofía que había perdido, a partir de su enclaustramiento, mucha de su seducción, del placer que genera en algún punto movilizar el pensamiento.

Yo creo que cuando uno se topa con la filosofía por fuera de los dogmas o de las formas canónicas se encuentra con algo muy interesante, muy creativo y muy propio de las búsquedas existenciales que todas las personas de algún modo tenemos. Entonces, lo que creemos es que en el marco de un proceso histórico como el que se viene viviendo en la Argentina en los últimos años donde hay una clara vocación de apostar a una transformación en las políticas culturales, educativas y comunicacionales, en el canal Encuentro se dieron las posibilidades para que no sólo la filosofía sino otros saberes como la biología, la matemática y la historia pudieran empezar a experimentar formatos distintos, que la llevaran a una relación mucho más amplia con estratos de la ciudadanía que no son los que están de algún modo ligados a la vida escolar y universitaria.

– CONADU: Vos hacés una búsqueda de otros formatos para poner en discusión las cosas, porque también el espectáculo de filosofía y música en el teatro por ejemplo son otras búsquedas que salen de lo que hace un filósofo tradicional.

– DS: Sí, lo que pasa que cuando hablamos de un filósofo tradicional estamos pensando básicamente en un investigador de la academia, que es el modo en que en los últimos decenios del siglo XX la figura del filósofo ha atravesado y se ha desarrollado. Pero por eso te decía, me parece que si uno recupera algo así como la condición originaria de la filosofía te encontrás con que Sócrates era un tipo que daba clases en la calle caminando con sus alumnos a las puteadas, peleándose con ellos por argumentos o porque repetían verdades sin cuestionarlas.

Me parece que en diferentes momentos la filosofía siempre tuvo esa capacidad de sobrepasarse a sí misma y entrar en relación con otros géneros que le daban otro aire. El teatro, la música, la danza y ni hablar en nuestro tiempo los medios de comunicación creo que recuperan esa condición originaria de la filosofía, que es básicamente recuperar la capacidad de asombro. Esa posibilidad que tenemos todos los seres humanos de ir hacia cualquier objeto de los objetos que nos rodean, sacarlo del lugar evidente y obvio en el que están puestos en la cotidianidad y comenzar a cuestionarlos a través de preguntas para, de algún modo, desmontarlos, desestructurarlos.

La filosofía busca en definitiva eso. Es un desmontaje permanente de aquellas certezas que se nos presentan como obvias a partir del supuesto, si querés previo, de que si no hay una verdad aquí en este mundo, como decía Sócrates, no hay una verdad. Entonces la única manera que nos queda es salir a desenmascarar a todos aquellos que sin embargo te hablan en nombre de la verdad y terminan estructurando una sociedad en función de esos supuestos que son siempre funcionales a los que tienen el poder.

– CONADU: Quizás ahí esté el por qué se la academizó tanto a la filosofía. Se la dejó encerrada en una universidad y que mejor no salga, no sea cosa de que todos filosofen.

– DS: Sabés que yo creo que pasa eso con todos los saberes. La otra vez estaba en una charla pensando en la divulgación básicamente. Viste que la palabra divulgación para el palo académico recién ahora empieza a tener algo…

– CONADU: Es menor…

– DS: Es menor, claro. Recién ahora empieza a tener algo de prestigio. Sé que el CONICET ya incorporó en los proyectos de investigación un puntaje especial que le exige a los proyectos subsidiados algún tipo de proyecto de divulgación, para que no quede solamente en el interior de la academia. Ahora hay un cambio. Pero bueno, coincide también con una renovación política. Si no hay una política de divulgación más general no funciona.

Cuando Felipe Pigna, hace ya 15 años creo, se lanzó junto a Pergolini con “Algo habrán hecho” lo mataron por todos lados. Es un programa que me encanta, viéndolo 15 años atrás más todavía. Pero las condiciones políticas no estaban de su lado. Hoy todos los que hacemos divulgación lo podemos hacer en el marco de un proyecto más global que es canal Encuentro, que es Tecnópolis… Hay una línea con una política cultural clara en la que se busca que estos saberes se popularicen si perder su rigor, sin perder su profundidad pero experimentando esa otra faceta, que también todo saber tiene que poder manifestar, que es su posibilidad de apropiación por la mayoría de los sectores de nuestra ciudadanía.

– CONADU: Sos docente en la Universidad de Buenos Aires, ¿cómo ves la universidad en este sentido? ¿Hay un cambio?

– DS: Soy docente en el CBC en la UBA, con lo cual estoy en un lugar muy particular. Por ahí tengo una mirada más sesgada porque está puesta en un lugar que yo entiendo que es clave. Hace más de 20 años que vengo dando clase ahí y a mí me sigue emocionando la transformación que viven los chicos cuando entran por primera vez a la Universidad de Buenos Aires, vía el CBC, y empiezan a vivenciar ese cambio de venir a una enseñanza nueva realmente en crisis. Una enseñanza media que no puede terminar de entender cuál es su lugar. Ingresar a una universidad, con todos los problemas que pueda tener, por lo menos no tiene esa crisis de entidad digamos. Si algo tiene la Universidad de Buenos Aires es claridad de qué es lo que se hace en la universidad, qué se busca, cómo se cursa, qué otras construcciones paralelas hay al mero dictado de clases. Yo vivo en el CBC ese proceso donde los chicos entran en la vida universitaria y realmente es impactante cuando a los que compran el proyecto y entran con todo les vas viendo una transformación primera, porque todavía no están aburguesados ni burocratizados… que sabemos que pasa más allá de la voluntad en cualquier institución.

– CONADU: Pero vos sabés que hay debates que nosotros a veces nos damos a través de CONADU y que tiene que ver con que son clave los docentes que tienen a los pibes cuando entran a la universidad para que queden dentro de la universidad. Es decir si vos no tenés los mejores docentes, aquellos que sean capaces de entusiasmarlos, de venderle la universidad a los que entran después es difícil que se entusiasmen y se queden.

– DS: Sólo te puedo decir lo siguiente: cien por ciento de acuerdo. Por eso, es más, sigo trabajando ahí. No lo digo como algo malo…

– CONADU: Porque a veces los docentes preferimos trabajar en los posgrados, con pares, y resulta que ahí te entienden tres o cuatro que son como vos…

– DS: No me cabe duda. Yo creo que ser docente en el inicio de la universidad implica mucho más que un tradicional dictado de clases. Implica la construcción de una transferencia en el aula donde, como bien acabás de decir, se está justamente incorporando el alumno para que después quede. Hacen falta los mejores docentes allá. Lo que se está buscando en el CBC es algo que tiene que ver también con la docencia que es el carisma, el acto pedagógico y el contacto con los alumnos.

CONADU: Bueno, Darío, te seguiremos viendo por televisión.

– DS: Estamos estrenando la tercera temporada de “Mentira la verdad”, así que muy contentos. Por suerte haciendo muchas cosas. El espectáculo de filosofía y música lo estamos llevando por todo el país y causa mucha emoción. Acabamos de volver de Godoy Cruz, en Mendoza, donde había más de 700 personas. Colmaron el teatro un martes a la noche para escuchar un espectáculo de filosofía y música. Imaginate…

– CONADU: ¿“Desencajados” se llama?

– DS: Se llama “Desencajados”. Hay evidentemente un deseo y no es cierto que la gente sólo quiera consumir porquerías televisivas. Me parece que sólo se trata de poder construir alternativas, entender que esas alternativas tienen su público que no es el mismo que el otro. Pero creo que son momentos en que nuestro país por suerte se está pudiendo dar esa posibilidad.

Entrevista hecha por Cristina Pauli y desgrabada por Gabriel Di Battista.