ADUNOBA, el voluntariado y la vinculación con el medio productivo y la comunidad
La Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (ADUNOBA), con la intervención de su secretaria general Florencia Antonini, ha comenzado a desarrollar cuatro proyectos de voluntariado vinculados con el sector productivo de esa región. Se trata de una iniciativa orientada a profundizar el trabajo que docentes y alumnos vienen desarrollando desde hace algunos años en la universidad. Un trabajo que implica una articulación mucho más directa entre los proyectos educativos del Ministerio de Educación de la Nación, las universidades nacionales y los trabajadores docentes universitarios, en un intento por reforzar la vinculación con el sistema productivo y la formación de profesionales con compromiso social.
“Lo que estuvimos tratando de pensar es de qué manera el diseño podía contribuir a solucionar problemas de diversa índole. Por ejemplo, el proyecto de voluntariado con los ex combatientes de Malvinas de Junín es el resultado de una convocatoria del PAMI que ya estaba trabajando con los ex combatientes desde hace algunos años y el grupo de psicólogas de la obra social en un proyecto cuyo objetivo era el de rescatar la historia de ellos para ponerla en palabras -explica Antonini-. Este trabajo pensado para atender la problemática de la salud mental concluirá con la presentación de un video y un libro que fue el resultado de las entrevistas realizadas con los ex combatientes”.
La experiencia fue interesante, también, en otros sentidos: para los veteranos de guerra significó la posibilidad de acercarse a la universidad desde otro lugar. De recorrer las cátedras encargadas de llevar adelante el trabajo de voluntariado y supervisar, en cierto modo, el trabajo documental que los docentes y alumnos desarrollaban. De hecho, cuenta Antonini: “Tuvieron una participación directa en el armado del libro, puesto que estuvieron en la cocina del proyecto viendo qué era lo que pasaba con esas historias y decidiendo el diseño de la tapa. Por otra parte, los alumnos pudieron tener una experiencia distinta con una historia que no vivieron, porque estamos hablando de chicos de entre 18 y 19 años que se comprometieron con el proyecto y con la tarea de mantener la memoria viva”.
Por otra parte los proyectos también avanzan sobre las actividades con los sectores productivos del noroeste de Buenos Aires. El gremio logró celebrar un convenio con la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA) que se encuentra en su etapa final de ejecución. Se trata de un convenio acordado con la Cooperativa Patria Grande que tiene dos fábricas textiles: una en Mar del Plata y la otra en La Plata. La iniciativa surgió a partir de las vinculaciones de la ADUNOBA con la CTA y la cátedra de Diseño e Indumentaria del la UNNOBA, los que acordaron comenzar a trabajar con la cooperativa para elaborar un producto propio.
“Ellos solamente estaban produciendo guardapolvos para el Ministerio de Desarrollo Social, dentro de los programas del Ministerio, y además vendían sus productos a nuestro gremio que a su vez nosotros entregábamos a los afiliados. En ese marco, los alumnos de la carrera comenzaron a aportar ideas para que la cooperativa pudiera salir al mercado con sus propios productos”, cuenta Antonini.
“Para los alumnos fue una buena experiencia porque implicó ir a la fábrica para ver las actividades y de allí surgió, por ejemplo, la elaboración de una tesina de grado para una alumna (que se encargó de hacer todo el tratamiento de imagen gráfica para toda la cooperativa) y la elaboración de indumentaria para la salud. En ese sentido una alumna está diseñando los ambos para médicos y enfermeras. Ello significa empezar a entender que el diseño no sólo es útil para diseñar ropa que se vende en Palermo, sino que puede intervenir en la solución de otras problemáticas”, continúa Antonini.
En ese contexto hay un tercer grupo que está trabajando con los jardines de infantes. El proyecto implica la recolección de ropa usada para su rediseño. La idea es acopiar las prendas que están en desuso para incorporarlas otra vez al circuito. Así, una vez rediseñada puede volver a los jardines de infantes como vestimenta en las fiestas patrias. “Ocurre que se deja de festejar porque los padres no puede diseñar la ropa y ello va en detrimento de las fiestas. Las mismas se van achicando cada vez más por cuestiones económicas. Entonces, ¿por qué la universidad no interviene para que esas fiestas populares cobren otro cariz y al mismo tiempo capacitamos a las madres desocupadas en la confección de prendas y en la aprehensión de un oficio?”, redobla la apuesta Antonini.