Sherping Villegas “En Chile las universidades públicas tienden a elitizar a su alumnado”

Así lo aseguró Guillermo Sherping Villegas, miembro del Colegio de Profesores de Chile de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile, en una entrevista otorgada a CONADU durante su participación en la “II Reunión Latinoamericana de Organizaciones Sindicales de la Educación Superior” organizada por la Federación Nacional de Docentes Universitarios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el mes de julio de este año. El encuentro se desarrolló en el marco del fuerte crecimiento que CONADU tiene a nivel internacional, desde su integración a la Internacional de la Educación para América Latina (IEAL) como miembro pleno. Las actividades se constituyeron en un verdadero espacio para diagnosticar la situación sobre condiciones de trabajo de los docentes universitarios de América Latina y para trazar un panorama de la vida política de las universidades en las cuales desarrollan los trabajadores docentes sus actividades. La relación estado-universidad, el problema de la autonomía, la cuestión gremial, el proceso de mercantilización de la educación superior y las posibilidades de la integración latinoamericana fueron algunos de los temas abordados en el encuentro.

Sabemos que la defensa de la educación pública es bastante particular comparada con el resto de América Latina. ¿Cómo es la situación de la educación superior en Chile?

En Latinoamérica hay una gran diversidad y no podría ser de otro modo. Pero Chile, además de formar parte de esa diversidad es una particularidad. Muchas de las políticas que se han tratado de implementar en los 90 en los otros países a nosotros se nos impusieron en los 80. En los 80 se nos destruyó la Universidad Pública Nacional sobre la base de liberalizar la educación superior – vía decreto, porque no había parlamento, había dictadura -, se redujo drásticamente el presupuesto del Estado hacia las universidades públicas – hasta un 15 por ciento -, se les empujó – al igual que a todas las nacientes universidades privadas – al autofinanciamiento. Eso ha generado un sistema absolutamente liberalizado en el país. Chile se demoró 170 años en tener ocho universidades. Y ese es un dato importante, fíjate, porque de las ocho universidades sólo dos eran públicas, el resto de las universidades, las otras seis, eran privadas, financiadas por el Estado. O sea, el tema era la libertad de enseñanza – que tanto se reivindica a la hora de abrir paso al sector privado en la educación- , Chile lo tuvo siempre, incluso financiado por el Estado. De esas seis universidades privadas dos eran católicas, una era masónica, otras eran iniciativas regionales y otra de corporaciones que habían recibido una gran herencia y formaron una universidad. Hoy día, de las dos nacionales, se derivaron 15 universidades, porque sus sedes se transformaron en universidades. No es que Chile haya creado 14 universidades más: son las mismas divididas y se les otorgó la autonomía, lo que suma 17 universidades públicas y ¡85 privadas! Y en un marco absolutamente liberalizado, de una autonomía que más que académica, como históricamente tuvimos, es una autonomía de mercado.

Digamos que de ahí a la libertad académica hay una distancia…

Tremenda. Porque además uno de los fenómenos que genera una liberalización como la que ocurre en Chile es que precisamente la libertad académica se pone en cuestión. Porque tu dependes de estar trabando en dos, tres, cuatro, cinco universidades y no formas parte de ninguna masa crítica académica porque en ninguna estás estable; tu producción académica se ve limitada y por lo tanto la libertad de generación de pensamiento también se ve limitada. La mayoría de los universitarios en Chile son docentes, no hacen investigación, o hacen muy poca investigación y la investigación y la extensión que hacen es más bien la propaganda para captar alumnos.

Y la otra característica es que la inmensa mayoría de estas universidades (hay excepciones pero son muy pocas) no obstante señalarse en la ley que no existe el fin de lucro en la educación superior chilena, finalmente lucran. No hacen a través de la docencia pero sí a través de la inmobiliaria. Entonces se forman grandes conglomerados inmobiliarios alrededor de las universidades. Y todos los servicios que las universidades compran se los compran a ellos mismos.

Y respecto de la accesibilidad de los jóvenes a la universidad pública, ¿hay igualdad de condiciones o el sistema previo es difícil para que cualquier persona de los sectores populares acceda a la universidad?

Mira, hasta el golpe o incluso hasta el 80 la democratización de la universidad… Bueno, en la década del 60 hubo una desprivatización enorme en la Universidad Chilena, que fue la reforma, que eso posibilitó un salto en la cobertura, pero aún era una cobertura mucho menor: estaba en un 37 por ciento. Pero tenías una escuela pública, un mundo escolar público que tenía muchos más elementos de movilidad social que los que tiene el sistema privatizado escolar chileno. Entonces lo que se te produce es que hoy día tienes una gran segmentación social, un gran clasismo social en el sistema escolar, una selección universitaria que reproduce ese clasismo y por lo tanto, como las universidades públicas siguen teniendo como admisión la prueba de selección, también lo que se ha producido es que las universidades públicas tienden a elitizar su alumnado. Y que mucho sector de privado va a la privada, endeudándose por veinte años con la banca los padres para que su hijo estudie en la universidad. Entonces, ahí hay un grave problema. Por un lado se prioriza la ampliación de la cobertura, aunque no es imprescindible privatizar la educación superior para lograrlo, perfectamente se podría haber logrado con lo que se tenía. Pero el gran déficit está por un lado en el endeudamiento estratégico y a largo plazo de esos profesionales; y en segundo lugar la regulación de calidad.

¿Y cuál es el objetivo que ustedes tienen al participar de este tipo de encuentros con otros gremios de América Latina? ¿En qué puede beneficiar a la actividad de ustedes como organización?

Es sumamente provechoso. Primero el intercambiar las experiencias porque si bien son diversas también hay horizontes que son comunes: la concepción de universidad pública que tenemos en América Latina guarda un sentido común muy fuerte y por lo tanto proponernos como norte esa recuperación, o ese fortalecimiento es muy importante. Más allá de que uno lo tenga nacionalmente. Luego, es que yo creo que el caso chileno es muy ilustrativo, porque es un sistema que se vende a todos los países de América Latina, como modelo, pero en la ignorancia de cuáles son sus defectos. Es muy importante que todos estemos conscientes de cómo opera un modelo de esas características, cuáles son sus consecuencias en la vida del país y de qué modo, a su vez, un sistema de esa naturaleza ha ido provocando un aumento de la cobertura pero por otro lado una gran masa de profesionales inútiles. Porque como el Estado no planifica ni la apertura ni el cierre de universidades, no planifica la oferta de carreras, no planifica la oferta de matrícula… Te pongo un solo ejemplo para ilustrar: Este año en Chile se requieren 2.500 profesores de educación general básica para el sistema escolar y van a egresar 6.000; estamos llenos de periodistas, llenos, llenos, llenos. Y los chilenos no saben qué hace con su título de periodista. Y siguen egresando periodistas. Pero claro, este un Estado subsidiario que asegura un servicio pero no entra a regular. Porque eso lo tiene que regular el mercado. Y la lógica es que entonces la responsabilidad está en los estudiantes que estudian periodismo. ¿Te das cuenta? Entonces se establece una lógica perversa que establece expectativas que son falsas, que además no responde a las necesidades del país. Porque incluso desde la lógica del mercado, un país que tiene exportación acuícola, vitivinícola, minera debiera tener tecnología de punta en esos ámbitos, investigación en esos ámbitos, universidades abocadas a esos ámbitos; y no son esos los ámbitos donde se desarrolla el sistema de educación superior en Chile.

Secretaría de Prensa CONADU