«Se consolida un proceso de ajuste financiero», por Yamile Socolovsky

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El proyecto de Presupuesto 2017 no tiene buenas noticias para las universidades nacionales. 

El proyecto de Presupuesto 2017 no tiene buenas noticias para las universidades nacionales. En sus previsiones se consolida un proceso de ajuste financiero, que –como efecto de la inflación, pero también de una subejecución selectiva del Presupuesto 2016– representa ya una significativa pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes y no docentes, y la paralización de actividades relevantes para asegurar el derecho a la educación superior y la democratización del conocimiento.

Luego de una década de incremento sostenido, la inversión pública en las universidades retrocede en su relación con el PBI, pasando de 0,85 por ciento a 0,81. La previsión de gasto indica que se está fijando una pauta de aumento salarial del 17 por ciento para el año 2017, en un inadmisible intento de condicionar futuras negociaciones.

Se anticipa un virtual congelamiento de las plantas docente y no docente. Se fija una reducción del 70 por ciento en el gasto en infraestructura y equipamientos. Se establece como meta una importante reducción del número de becas para estudiantes de bajos recursos, y de becas de estímulo para carreras prioritarias.

El desfinanciamiento fue en los ’90 el mecanismo facilitador de la reforma neoliberal en nuestras universidades. Sobre ese trasfondo, el Presupuesto 2017 expresa el sesgo que adopta la política del actual gobierno.

Fuente: La Voz del Interior