Murió el dictador Jorge Rafael Videla

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En el Penal de Marcos Paz, cumpliendo su condena por delitos de lessa humanidad, falleció el ex militar responsable del golpe de estado de 1976. Transcribimos el comunicado emitido por la Secretaría de Derechos Humanos de CONADU

Argentina sin Videla

“Retrocede la llama sin ceniza,
la sed salina del infierno, los círculos del dolor palidecen”.
Pablo Neruda
Párrafo de “España en el Corazón”
1936-1937

Ha muerto Jorge Rafael Videla. Ha dejado de existir un personaje terrible, un nacionalista integrista y un asesino fanático. Murió sin arrepentirse de nada. Pero murió preso, condenado por sus crímenes, juzgado en democracia y bajo todas las garantías del debido proceso, un derecho que negó a sus víctimas.
Pero hoy Argentina no es un lugar mejor porque ya no este Videla. No debemos caer en el facilismo de creer que solo él fue el responsable de llevar adelante el terrorismo de estado que hirió a nuestro país. Videla era un producto de su tiempo, de una sociedad y una cultura que denostaba a la democracia, que reivindicaba la intolerancia, que abrazaba con fruición a la lógica amigo-enemigo. Cornelius Castoriadis dice que la sociedad es obra del imaginario instituyente y los individuos están hechos por la sociedad, al mismo tiempo que hacen y rehacen cada vez la sociedad instituida, entendiendo en un sentido que ellos sí son sociedad. Es así como debemos entender que Videla no fue el general de un ejército invasor, tampoco un ser diabólico y de extraordinaria maldad, simplemente fue un prolijo ejecutor de una política del terror que ni siquiera fue capaz de diseñar o medir en sus consecuencias.
Videla pudo hacer lo que hizo porque a su paso encontró adhesiones y complicidad, pero sobre todo silencio, indiferencia y desinterés. El 24 de marzo de 1976 se estatizó el terror, se produjo la consagración de lo que Carlos Nino denominó el “mal absoluto”, porque precisamente, quienes tenían la responsabilidad primaria de custodiar y velar por la vigencia de los derechos fundamentales, quienes tenían todos los medios legales para mantener la paz, optaron por la violencia extrema, la clandestinidad y por llevar adelante la mayor violación a los Derechos Humanos que se conociera en nuestra historia argentina.
Argentina no es un lugar mejor luego de la muerte de Videla, porque él fue la representación de una nefasta circunstancia, que llevaron a escribir los peores capítulos de la historia argentina y mientras no seamos capaces de terminar con una cultura de impunidad, silencios, intolerancia y violencia, seguiremos expuestos a repetir la historia.
La herramienta más eficaz para no repetir la historia, es aprender de ella. El pueblo argentino debe aprender que un país se construye desde la democracia, el respeto a los derechos fundamentales, y valores que guían a una sociedad justa y equitativa.
Somos los trabajadores y trabajadoras de la educación los garantes de enseñar con el ejemplo y a la luz de la verdad, que la historia no se debe repetir. Somos los trabajadores y trabajadoras de la educación que debemos demostrar que un país debe cimentarse en la lucha contra la impunidad y el respeto por las instituciones democráticas. Somos los trabajadores y trabajadoras de la educación que debemos promover una sociedad que valore la cultura de paz, de justicia y de respeto hacia los derechos fundamentales, porque así podremos contribuir a que Argentina NUNCA MÁS tenga un Videla…

María Susana Liwsky
Secretaria de Derechos Humanos
CONADU