HISTÓRICO 8M: PARO INTERNACIONAL DE MUJERES

Más de medio millón de mujeres. Marea verde. Purpurina violeta. Claras consignas políticas pintadas en cuerpos y carteles de mujeres muy jóvenes (y no tanto también). Cantos a pura garganta. Música. Alegría. Abrazos. Emoción. Calles seguras, sin presencia policial ni machirulos cuidando. Toda una varieté de elementos que dieron como resultado una concentración histórica, desbordante, disruptiva. Un día que lo cambió todo.

Desde la CTA en el bloque intersindical, la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) participó ayer de la movilización del 8M con una nutrida columna de compañeras de los distintos sindicatos de base. A su vez acompañadas por decanas y rectoras, que aportaron su cuota de representación institucional.

“El colectivo de mujeres de la Federación va creciendo y la marcha dio cuenta de eso. Muestra el compromiso político de seguir trabajando y el crecimiento de nuestra organicidad, del sentido de pertenencia al sindicato”, resaltó Verónica Bethencourt, Secretaria Gremial de CONADU.

Yamile Socolovsky, Secretaria de Relaciones Internacionales, hizo foco en la importancia de la unidad sindical: “Haber logrado fortalecer el espacio de la unidad sindical desde el movimiento de las mujeres en las organizaciones sindicales es muy significativo. Es claro que necesitamos colocar al movimiento obrero organizado en el centro de la pelea de nuestro pueblo, y las mujeres estamos mostrando el camino en la medida en que logramos ubicar como ejes comunes aquellas cuestiones que nos permiten construir la unidad. La unidad es compleja, es un proceso que requiere mucho esfuerzo y mucha decisión política, pero es imprescindible y cuando logramos estar en unidad en la calle y compartir la construcción de ese escenario de visibilización de los reclamos todo se convierte en una fiesta. Por otro lado, compartir el espacio de marcha con sindicatos de otros sectores del trabajo fue la posibilidad, también, de reforzar en nuestras compañeras universitarias la claridad de que nosotras somos clase trabajadora”.

Un día que lo cambió todo. Que se avecinaba importante, pero que superó expectativas. Un día de lucha, de hacer temblar la Tierra. Un día feminista.

Así lo resume Bethencourt: “Fue la expresión de un movimiento de mujeres que venimos peleando por la igualdad, con una claridad respecto de los objetivos y con un contenido político muy fuerte. Todas las que estábamos ahí defendemos la legalización del aborto, pero también todas nos manifestamos en contra del ajuste. La marcha de ayer expresó, además, la potencia de uno de los únicos movimientos a nivel mundial que hoy está a la ofensiva”.

 

 

 

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