«El tema de fondo tras la crisis educativa en Chile es la justicia social y la democracia”

Guillermo Scherping

El miércoles 9 de noviembre se realizó en CONADU el III Seminario Latinoamericano de Educación Superior “La Universidad Latinoamericana: Claves para una reforma democrática”, organizado por el Instituto de Estudios y Capacitación (IEC-CONADU) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Guillermo Scherping, del Colegio de Profesores de Chile, participó del último panel sobre el movimiento social por la educación y la democracia en Chile.

Scherping comenzó su exposición agradeciendo el apoyo que el movimiento educativo chileno recibió de Argentina y, muy especialmente, de la Federación Nacional de Docentes Universitarios: “Estamos en Argentina por un imperativo de retribución. Porque la solidaridad no se agradece, se retribuye y CONADU ha expresado su solidaridad materialmente. Ha estado en Santiago marchando, ha respirado gases lacrimógenos, ha tenido que correr, ha estado en la Asamblea Nacional de Profesores… entonces, eso es muy significativo porque construye lazos políticos, educativos pero también afectivos en el movimiento por esta patria grande”.

Sobre la particular situación de la educación superior chilena, Scherping prefirió referirse a las consecuencias de fondo que dejó la crisis. En ese marco, mencionó en primer lugar que el neoliberalismo, en 30 años de aplicación de su modelo, consiguió privatizar no solo el ámbito educativo sino el sistema público chileno en su mayoría. Así, hoy el sector privado en Chile maneja el 57% de la matrícula escolar y el mercado arrinconó a la educación superior. A modo de ejemplo, Scherping recordó que en el año 80 el financiamiento del Estado para las universidades se redujo del 90% al 50%, y actualmente esa cifra araña un 14% .

Por otro lado, para Scherping los sistemas educativos no solo se miden por la enseñanza o por los resultados de aprendizaje, sino también por los niveles de integración social que generan. Así surge que la educación de mercado establece la exacerbación del clasismo. En Chile, producto de la ley de financiamiento compartido, el sistema nacional de educación es hoy el sistema más segmentado del mundo. “El neoliberalismo no tiene interés en producir integración social. Su interés prioritario es formar seres económicos acordes al desarrollo optado por el país, pero nosotros aspiramos a que la educación pública no solo sea un elemento de movilidad social, sino también de construcción democrática”.

Un tercer y último elemento de la crisis educativa chilena tiene que ver con la falta de igualdad de oportunidades. El promedio de endeudamiento de la sociedad de consumo en los chilenos es del 45% del salario mensual. Entonces, después de cinco o siete años de estudio no solo se tiene una deuda a 20 años, sino que a eso se le debe sumar el endeudamiento promedio de los chilenos una vez inserto en el campo laboral. “El sistema es insufrible y tiene un alto impacto en la familia, en el desarrollo profesional y personal”.

Para finalizar, Scherping dejó en claro la manera en que el movimiento estudiantil y docente entiende la crisis del modelo educativo chileno: “La crisis para nosotros es de enseñanza y aprendizaje, pero también de integración social y de igualdad de oportunidades. Por eso, las propuestas del movimiento están orientadas a resolver esos tres problemas. Y el tema de fondo tras la crisis educativa en Chile es la justicia social y la democracia”.