Declaración de ADIUC

Defender el salario y el país que queremos frente a la devaluación y el ataque especulativo

 

Iniciamos el 2014, tercer año de mandato de la conducción gremial elegida por una amplia mayoría de docentes en noviembre de 2011. El escenario de esta apertura es tal vez el más complejo de los últimos tiempos, y desde la conducción del gremio lo asumimos como desafío y como oportunidad; con responsabilidad pero también con la firmeza de nuestras convicciones y de lo que hemos construido en estos años.

En las últimas semanas se desplegó un intenso conflicto entre el gobierno y algunos grupos económicos concentrados en torno al valor del dólar y el control de las exportaciones de granos. Sin embargo, estas cuestiones de índole económica revelaron rápidamente su dimensión política, dejando al descubierto el comportamiento rapaz de aquellas empresas que resultaron las más beneficadas por el modelo de desarrollo implementado desde 2003. En el marco de una fuerte crisis internacional y en función de unas supuestas restricciones o desventajas en la comercialización del producto del sector agroexportador, el puñado de grandes empresas que controlan los principales resortes de la economía nacional realizaron una vez más una serie de maniobras orientadas a ejercer presión sobre el Estado para garantizar una aún mayor rentabilidad de sus negocios. Como tantas otras veces, los “dueños de la Argentina” no dudaron en poner en riesgo el financiamiento del Estado y la estabilidad política para extorsionar al gobierno nacional a través de un ataque especulativo contra el conjunto del pueblo argentino.

La devaluación de nuestra moneda -uno de los resultados iniciales de esta lucha económica y política- tiene un efecto directo sobre el poder adquisitivo de los trabajadores con ingresos fijos. Tal impacto es indeterminable a priori, y está en relación con otras medidas para el control de los rebotes inflacionarios de esa devaluación, que son nuevas expresiones de la puja de poder por definir quiénes, cómo y cuánto se apropian de la renta en nuestro país. Los acuerdos de precios con empresarios y comerciantes de distintas ramas de actividad, la implementación del Progresar y el sostenimiento de la inversión pública, a lo que se suma el control ciudadano de los precios de la canasta, entre otras medidas, atienden al objetivo de no recargar exclusivamente sobre los salarios de los trabajadores los costos de este conflicto. La pulseada del gobierno contra las cerealeras, que retrasan obscenamente la liquidación de sus exportaciones para provocar el desequilibrio de las cuentas del Estado mientras reclaman a viva voz una “reducción del gasto público”, así como la acción de otros actores económicos nacionales e internacionales con capacidad de incidir en la estructura económica, como las empresas petroleras, trazará en gran medida el camino por el que deberá transitar el modelo de país que comenzó a dibujarse en 2003.

 

Córdoba, o la vigencia del neoliberalismo

Una nota especial merece la situación de Córdoba, territorio en el que las políticas neoliberales parecen gozar de sorprendente salud. Si el aumento de los precios en el comercio impacta sobre nuestro poder adquisitivo, una incidencia similar tienen las tasas e impuestos que debemos pagar los cordobeses por el sólo hecho de vivir en esta provincia.

La tasa vial recargada sobre los combustibles; peajes que se encuentran entre los más altos de las rutas argentinas; el incremento de entre el 100 y el 200% en los impuestos inmobiliarios urbanos municipales en el último año; el aumento del boleto de colectivo a $5,30 -el más caro del país-; las tarifas de los servicios públicos, hacen de Córdoba un lugar cada vez más inaccesible y desigual. Mientras barrios enteros quedan bajo el agua con cada tormenta, otros tantos pueblos y pequeños productores agropecuarios siguen reclamando sin resultado el acceso al agua, a los recursos hídricos apropiados por los grandes propietarios de la mejor tierra de Córdoba: casualmente, los mismos empresarios que retienen en silobolsas su cosecha -otra vez record, como cada año-, para exigir condiciones al Estado.

Para ellos, los gobiernos locales garantizan infraestructura, subsidios, impuestos bajos y protección política. A la pobreza, responden con una ampliación del sistema represivo y el mantenimiento de políticas focalizadas y asistenciales.

 

Defender el salario

En este difícil escenario, los trabajadores organizados debemos asumir un lugar protagónico en la defensa del salario, variable principal en la distribución del ingreso de un país que desde hace una década crece a ritmo sostenido. En una mirada retrospectiva, resulta evidente que la expansión económica, junto con la generación de empleo, la paritarias y la reducción de la informalidad laboral, entre otras políticas, han permitido un avance de los trabajadores en la distribución de la riqueza que en diciembre de 2013 alcanzaba niveles históricos cercanos al 40% del PBI. El sostenimiento -y más aún, el progresivo avance- de los salarios de los trabajadores, la erradicación de todas las formas de trabajo precario, la incorporación de trabajadores activos y cada vez mejor calificados, son horizontes que defendemos y que han empezado a delinearse en estos años. Los avances conseguidos han sido fruto de la organización, la acción responsable, la lucha sostenida a pesar de los ocasionales retrocesos y contra muchos adversarios que -más o menos disfrazados de actores políticos- quisieron revertir estos avances y hacernos volver al pasado de un país para pocos.

A comienzos del 2013, los trabajadores docentes universitarios acordamos en paritaria un incremento salarial del 31,5% para los siguientes 16 meses (marzo de 2013 a julio de 2014). Como muchas otras organizaciones sindicales, la mayoría de nuestras federaciones de docentes universitarios aceptaron participar de esta modalidad de paritaria “extendida”, con el objetivo de lograr un avance salarial significativo junto con el compromiso de apostar a la estabilidad y al crecimiento. El acuerdo nos permite enfrentar este turbulento comienzo de año con un 7% de aumento recibido a principios de febrero.

Hoy nos toca tomar la iniciativa como dirigentes sindicales, no sólo para ponerle palabras a la incertidumbre y el malestar de nuestros compañeros docentes. Estamos trabajando junto con el resto de los gremios de nuestra Federación en la elaboración de posiciones y demandas, así como en la planificación de acciones a nivel nacional, que expresen la fuerza del conjunto de los trabajadores docentes. Estamos dialogando con referentes y especialistas de nuestra Universidad para generar herramientas de análisis sobre esta compleja coyuntura; algunas de esas contribuciones serán compartidas con todos los afiliados en el próximo boletín virtual de ADIUC. Hemos mantenido encuentros con otros dirigentes gremiales de nuestra provincia para acercar lecturas y posiciones, así como con representantes políticos de Córdoba para manifestar nuestra preocupación por la marcha de los acontecimientos.

Por otra parte, y porque sabemos que la organización es nuestra principal herramienta frente a los embates, seguimos trabajando para fortalecer nuestro gremio. Avanzamos en la aprobación de los acuerdos para construir la nueva sede de ADIUC y el jardín maternal en terrenos de la Universidad; sostenemos nuestras demandas en la paritaria local y estamos dialogando con distintos actores universitarios para garantizar los derechos de los docentes interinos; continuamos impulsando el trabajo de las delegaciones y la elección de nuevos delegados; multiplicamos nuestras propuestas de formación gratuita con cursos de posgrado, capacitación en condiciones y medio ambiente de trabajo.

Hoy convocamos además al conjunto de los trabajadores y trabajadoras universitarios a movilizarnos por la defensa de nuestros salarios que es, primero, la defensa de un modelo de país que nos ha permitido avanzar en la participación respecto de la distribución del ingreso; que ha desarrollado políticas educativas inclusivas y de calidad, implementando el presupuesto para educación más alto de América Latina; que ha diversificado y agregado valor a sus producciones a través del desarrollo científico y tecnológico nacional; que ha multiplicado e incrementado las jubilaciones; que protege a nuestros niños y jóvenes con políticas de promoción e inclusión.

Convocamos a defender nuestros salarios repudiando y denunciando las maniobras especulativas de los grandes grupos económicos, así como de los comerciantes inescrupulosos que pretenden sacar ventajas en el río revuelto. Defender nuestro salario es comprender que el interés de estos grupos no conoce de limitaciones éticas, y que el avance de este proceso inclusivo e igualitario requiere la profundización de políticas orientadas a diversificar la matriz productiva, restringiendo la participación de la corporación sojera en la generación de riquezas.

Convocamos a defender nuestros salarios exigiendo una actualización acorde al impacto de la inflación sobre nuestro poder adquisitivo, para continuar avanzando en un proceso de recuperación salarial que garantice el trabajo digno de todo los docentes universitarios. Convocamos a seguir demandando por la aprobación de nuestro Convenio Colectivo de Trabajo, que establece tareas, jerarquías, funciones, condiciones de trabajo y demás regulaciones, y constituye una herramienta imprescindible para la defensa de nuestras condiciones de trabajo. Convocamos a defender nuestro salario, por fuera de todo afán especulativo y desestabilizador, exigiendo que se cumpla con el financiamiento del Programa de fortalecimiento de la docencia en los primeros años, para que los docentes que reciben a los miles de jóvenes que hoy ingresan a las universidades -muchos de ellos sin trayectoria familiar en los estudios superiores- tengan una calificación, una dedicación y un salario que acompañe las políticas de inclusión educativa.

Los y las convocamos a estar alerta, a dar el debate en cada uno de los lugares de trabajo, a contactarse con sus delegados y empezar a organizarnos en cada depencia de nuestra Universidad, a defender lo conseguido, a no aceptar la presión de los especuladores, a rechazar cualquier intento de solución que implique cargar sobre los trabajadores los costos de una crisis que no provocamos.

 

Pablo Carro | Secretario General

Sandra Mutal | Secretaria Adjunta

Para acceder a la publicación en el sitio de ADIUC:

http://www.adiuc.org.ar/index.php/112-institucional/noticias/404-comunicado2014