“Cuidar es político”, segundo encuentro del “Ciclo de conversaciones desde el feminismo sindical universitario”
«Cuidar es político” se llamó el segundo encuentro del “Ciclo de conversaciones desde el feminismo sindical universitario” que contó, esta vez, con la participación de Claudia Lazzaro, sindicalista del Sindicato de Obreros Curtidores; Marisa Uceda, abogada laboralista y diputada nacional del FdT por Mendoza; Nora Goren, directora del IESCODE/UNPAZ y directora de la Maestría en Políticas Públicas y Feminismos (UNPAZ); y Mayra Carlos, secretaria de Derechos Humanos y Género de ADAI (gremio de base en la UNA).
El ciclo es una iniciativa conjunta de la Dirección de género y diversidad de CONADU y el Área de género, universidad y trabajo del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC-CONADU).
Como Coordinadora del área de universidad género y trabajo del IEC, Emilia Trabucco inauguró la palabra para enmarcar la potencia del tema: “El cuidado tiene que ver con algo tan estructural como el sostenimiento de la vida, por eso es necesaria una mirada desde las trabajadoras organizadas. Además, debe ser transversal en nuestras agendas sindicales y políticas. No se trata de una agenda de ahora; es histórica, lleva años, porque vivimos un mundo del trabajo profundamente atravesado por lógicas patriarcales, capitalistas, con tendencias sistémicas para la clase trabajadora que cada vez se ponen peor. Ahí está, entonces, nuestro trabajo político para torcer y transformar las dinámicas en las que vivimos, cuidamos y participamos políticamente”.
En la misma línea aportó Lazzaro: “Lo que empieza a surgir en los debates es qué modelo de economía queremos también. Discutir la economía y centrarla en los cuidados es discutir no solo el capitalismo sino discutir el patriarcado. Nuestro país tiene una experiencia cuidadora muy grande: sistema de educación, de salud, protección social. Así es que surge pensar quiénes acceden al cuidado y de qué manera (…) Dar respuestas políticas a los cuidados es meterse con uno de los nudos críticos de las desigualdades que sufrimos las mujeres para acceder al empleo, para crecer y para permanecer”.
A su turno, Uceda ubicó los cuidados en una matriz histórica: “Los cuidados históricamente quisieron ser recluidos, invisibilizados. De manera cultural, política, social y biologicista se nos asignó a las mujeres al ámbito privado para desarrollar los cuidados dejándole al varón el espacio público de desarrollo, visible y económicamente más rentable. Es decir, fue mucho más barato decir que cuidábamos por amor, porque así como el cuidado incide en el PBI de un país incide también en la economía diaria y cotidiana de las mujeres. Lo raro, o no tanto, es que, sin embargo, las teorías económicas ─desde el liberalismo hasta el marxismo─ no los reconocieron”.
Goren puso el foco en la importancia de desfeminizar y desfamiliarizar los cuidados: “Si desfamiliarizamos y desfeminizamos los cuidados lo que permitimos es la corresponsabilidad con otras identidades de género, pero también con el Estado, las organizaciones sociales y las empresas. A su vez, permitimos algo que me parece central que es la idea de desterritorializar los espacios laborales. Que los puestos de trabajo dejen de tener sexo, que no se demande más a unos y a otras en función de la asignación sexual. Para eso precisamos que el cuidar, que es tan central para la vida humana, deje de tener una sola asignación sexual”.
Finalmente, Mayra Carlos contó los estrenos de la Secretaría de Derechos Humanos que incluyó a la Secretaría de Género en ADAI.
“En la Universidad Nacional de las Artes empezamos a trabajar fuertemente en dos direcciones. Por un lado, a través de la implementación del protocolo, interviniendo en situaciones de violencia que pudieran darse en los tres claustros de la universidad y por fuera de la universidad. Por otro lado, iniciamos un camino de capacitaciones y de actividades de investigación, de extensión y de producción artística”.
“Ciclo de conversaciones desde el feminismo sindical universitario” se propone abrir el juego para reflexionar sobre las problemáticas y paradigmas patriarcales que atraviesan a las universidades y su impacto en las relaciones y condiciones de trabajo, planteando debates que enriquezcan la perspectiva gremial para intervenir.