«Con los títulos intermedios, los estudiantes tienen un diploma y no una sensación de frustración»

Con el objetivo de escuchar otras voces para pensar mejor la realidad universitaria, “CONADU en el medio” entrevistó al Lic. Ernesto Villanueva, rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, una de las universidades creadas en el conurbano bonaerense para llegar a aquellos sectores históricamente relegados por los estudios superiores.

– Cristina Pauli (CP): A pesar de que la universidad se encuentra recién en su segundo ciclo lectivo, ¿cree usted que se está logrando llegar a los sectores que estaban más postergados?

– Ernesto Villanueva (EV): Nosotros en el primer año tuvimos unos tres mil inscriptos, en un 80% provenientes de Florencio Varela, un 10% de Quilmes y otro tanto de Berazategui. Este año se han incorporado unos cinco mil, por lo tanto tenemos en total ocho mil alumnos aproximadamaente. El año pasado, se trató de un 95% de primera generación de universitarios, y este año es algo menos del 80%.

En ese sentido no cabe duda que una institución de estas características atrae una demanda social y de educación que no estaba visibilizada y, además, permite incorporar jóvenes que son la primera generación de universitarios. Es decir, hablamos de una forma de movilidad social que es extraordinaria.

– CP: ¿Cuáles fueron los índices de deserción en la Jauretche?

– EV: Hemos tenido un resultado extraordinario, teniendo en cuenta la tradición argentina, porque hicimos un método de trabajo muy especial que apunta a disponer de un profesor cada 30 alumnos, un sistema de pasantías y de tutorías muy fuerte, clases de apoyo, acompañamiento administrativo tanto para las inscripciones como para las Becas Bicentenario y, sobre todo, un grupo de profesores que combinan excelencia, calidad y exigencia con un nivel de preocupación por los estudiantes muy fuerte. En ese sentido, entonces, logramos un éxito importante. Por ejemplo, recuerdo la cifra particular de la carrera de Ingeniería donde se dio una retención del 80%, en relación a los estudiantes que llegaron el primer día de clase. Y el promedio general de la universidad es del 75%.

Lo que sí notamos es que hay una deserción muy fuerte entre el inscripto y el que viene al primer día de clase. En el caso de nuestra universidad, llegaron a cursar menos del 70% de los inscriptos. Es una cifra muy importante que suele darse también en otras universidades, donde se prevé que comenzarán dos de cada tres inscriptos. Es análogo. Los estudiantes se inscriben en noviembre y diciembre, pero entre diciembre y marzo lo piensan y no comienzan. Me parece que sería muy interesante hacer estudios sobre esta situación, porque realmente se trata de una pérdida extraordinaria. La verdad es que no conozco estudios sobre esta deserción que se da antes de empezar.

– CP: En su propuesta académica, contemplan la posibilidad de títulos intermedios.

– EV: Sí, todas nuestras carreras tienen títulos intermedios. Se trata de una tendencia que hay en toda la Argentina y que es muy fácil de lograr para una institución nueva. Es más difícil en el caso de instituciones ya existentes, donde hay intereses corporativos de los docentes y discusiones de todo tipo. Pero cuando se parte de cero se puede organizar de manera casi natural. Con estos títulos intermedios, los estudiantes tienen un diploma y no una sensación de frustración.

– CP: ¿Cómo ve a sus estudiantes en cuanto a la integración y compromiso con la carrera elegida?

– EV: La integración y el compromiso han sido extraordinarios. Pero hay que matizar este elogio, porque en realidad yo tengo un promedio de edad muy alto. Lo que ocurre es que una institución nueva atrae a muchas personas “con asignaturas pendientes”, es decir que no han podido estudiar por distintas razones pero que tienen una motivación muy grande. Quizás saben muchísimo, han estudiado, participan, conocen mucho y son personas muy maduras. Quizás sea diferente dentro de tres años, cuando el promedio de edad de 26 años pase a 20 o 18 años.

Cuando damos clases lo que sí notamos es que hay dos grupos: por un lado, la gente más grande, participativa, cuestionadora, que sabe exponer y escribir muy bien; y los más jóvenes, que son más pasivos, tranquilos y a los que les cuesta bastante la expresión verbal.

– CP: ¿Cuáles son las características de las carreras de la Universidad Nacional Arturo Jauretche?

– EV: Tenemos un área de Salud, que es casi la mitad de la universidad. Nuestra institución está asociada a un hospital de alta complejidad y mucho prestigio en el conurbano sur, que es el Hospital El Cruce. Ahí tenemos las carreras de Enfermería, de Kinesiología y de Bioquímica. En cada área hemos tratado de armar carreras masivas y carreras de investigación. Dentro de Ingeniería, por un lado tenemos Informática, que es muy masiva, y también Bioingeniería, Industrial y Electromecánica. Y en el área de las Ciencias Sociales tenemos Administración, con una gran afluencia de alumnos, Relaciones de Trabajo y Gestión Ambiental.

En términos proporcionales podríamos decir que hay un 50% cursando en el área de Salud, un 25% en Sociales y otro 25% en Ingeniería. Por ejemplo, este año hemos tenido 1200 inscriptos en Ingeniería, que es una cifra muy importante para nosotros.

– CP: ¿La idea es crecer en la propuesta de carreras o van a tratar de sostenerse?

– EV: Yo soy partidario de primero hacer muy bien algunas cosas y después extenderse, porque sino va a ser una situación muy engorrosa. Después, cuando ya tengamos egresados, cambiaremos de opinión.