ADIUC frente a la toma del Consejo Superior
La toma del Honorable Consejo Superior (HSC) por parte de algunas agrupaciones estudiantiles vuelve a poner en escena dos temas de importancia en la agenda universitaria: por un lado, la discusión pendiente sobre la LES y las instituciones, regulaciones y prácticas neoliberales que instaló en el sistema universitario nacional. Por otro lado, el sentido de la representación en la democracia universitaria realmente existente y la radicalidad de medidas de fuerza llevadas a cabo por organizaciones estudiantiles que siquiera dirigen un centro de estudiantes.
Mucho se ha hecho en estos últimos años para revertir el aluvión neoliberal desatado en la década del ’90: aumentos sostenidos en el presupuesto universitario, obras de infraestructura, blanqueo y mejora de nuestros salarios, jubilaciones con el 82% móvil, repatriación de científicos, significativo aumento en el número (y en los montos) de becas de grado y posgrado. En nuestra universidad destacamos, entre muchas otras medidas, la implementación de la carrera docente, la gratuidad de los doctorados para docentes y la extensión a 180 días de la licencia por maternidad.
Sin embargo, sería ingenuo pensar que la etapa neoliberal ha sido superada en el sistema universitario. Para hablar únicamente de nuestro sector: el programa de incentivos a la investigación, el sistema de categorización docente, los mecanismos de acreditación y evaluación, la falta de estabilidad de una gran cantidad de docentes interinos, las bajas dedicaciones (casi el 50 % de los docentes ocupa un cargo de dedicación simple, es decir, de 10 horas), la desigual distribución de cargos docentes en las facultades (relación docente/alumno), el importante número de docentes contratados (incluso en las carreras de grado), muestran lo mucho que falta avanzar en este terreno.
Mucho hay para discutir en nuestra Universidad; pero la falsa disyuntiva entre estudiantes “radicalizados y violentos”, por un lado, y por el otro “autoridades respetuosas del orden institucional cumpliendo con su deber”, ayuda poco y nada al debate necesario que permita deshacernos de la telaraña neoliberal, para avanzar decididamente en la construcción de una Universidad pública, gratuita, popular, democrática e inclusiva.
La acreditación de la carrera de Psicología esconde formas de precarización laboral docente que no aparecen en el debate tal como está planteado y que una verdadera democracia universitaria debería impulsar. Dos ejemplos concretos: primero, el cambio de denominación y de contenidos específicos de algunas asignaturas coloca a los docentes interinos, que las tienen a su cargo, en una situación de debilidad y desventaja a la hora de los concursos, pues muy probablemente sus antecedentes hayan sido orientados a esas asignaturas que dictaban. Segundo, la exigencia de atender a mayor cantidad de alumnos con prácticas en territorio, se apoya en una mayor exigencia a los ya pocos docentes con los que cuenta la carrera. Estos problemas no fueron discutidos ni el HCD de la Facultad, ni en el HCS ni aparecen en las vacías invectivas de los estudiantes contra la Coneau. Más aún, nuestro gremio no fue invitado a discutir estos temas en ninguna de las instancias; pareciera ser un hecho naturalizado que las políticas universitarias se apoyan en la flexibilización de las condiciones del trabajo docente.
Por otra parte, la toma del HCS nos retrotrae al conflicto suscitado por las tomas en la Facultad de Filosofía y Humanidades durante casi un cuatrimestre en el 2010. Allí se reclamaba entre otras cosas el aumento de becas estudiantiles y el desdoblamiento de los turnos para el dictado de clases para facilitar la asistencia de los estudiantes trabajadores. Tras muchas idas y vueltas, aquél conflicto se resolvió flexibilizando a los docentes que, como consecuencia de dicha solución, hoy duplican su trabajo por el mismo salario de siempre, sin haberse analizado ni evaluado seriamente la demanda estudiantil.
Pero además de todo esto, como consecuencia de la reciente toma del Consejo Superior, fue suspendida la reunión paritaria prevista para el jueves 15 de agosto pasado. Estamos llegando a septiembre y no hubo reunión de paritaria local docente; primero, las elecciones generales en la UNC, luego la elección de rector, luego el cambio de los paritarios del HCS y ahora la toma estudiantil. Es evidente el lugar que ocupan los problemas gremiales de los docentes para las autoridades universitarias. Mientras tanto, los compañeros de la Gremial San Martín, cuyo gremio está intervenido, ya firmaron el pase a planta permanente de alrededor de 100 compañeros no docentes.
Es clara la necesidad discutir y de contar con una LES acorde a los tiempos que corren, que garantice para nuestro país una educación superior pública, gratuita, inclusiva, emancipadora, y que dé cuenta de la integración latinoamericana. Desde Adiuc reafirmamos nuestro compromiso en esa transformación y disposición para el debate.
Sin embargo, los problemas de los docentes no están solo en la discusión sobre la acción de la Coneau. Ni se resuelven con el normal funcionamiento de las instituciones, si éstas no toman los problemas reales y concretos que tenemos los que trabajamos y habitamos diariamente la Universidad. Es hora de que los problemas docentes, en buena medida generados por la aplicación de políticas neoliberales en nuestra Universidad, comiencen a ser considerados y solucionados.
Por la pronta reapertura de las paritarias locales.
Defendiendo los derechos docentes construimos la universidad pública.
Pablo Carro
Secretario General de Adiuc
Sandra Mutal
Secretaria Adjunta de Adiuc
Fuente: Secretaría de Prensa ADIUC