“Cuando uno debate la Constitución, debate la vida de una sociedad”

Ricardo Forster doctor en Filosofía, escritor, ensayista, miembro de Carta Abierta y uno de los integrantes del reciente Movimiento por una Nueva Constitución Emancipadora habló para “CONADU en el medio”. Su opinión sobre el golpe de Estado en Paraguay, el paro de Camioneros y la necesidad de repensar nuestra Constitución.

 

Movimiento por una Nueva Constitución Emancipadora

 

– Cristina Pauli (CP): ¿De qué se trata el nuevo Movimiento por una Nueva Constitución Emancipadora que presentaste junto con Hugo Yasky y Luís D’Elía la semana pasada?

– Ricardo Forster (RF): Es el resultado de una serie de coincidencias, de confluencias de organizaciones políticas y sociales que de alguna manera también confluyeron en el acto de Vélez el último 27 de abril. Con una preocupación común, que era precisamente discutir si la Constitución, que hoy es el texto que maneja la trama de la vida jurídica de Argentina y de los derechos que fue promulgada en el 94, se corresponde con las transformaciones que viene atravesando la vida argentina desde el año 2003.

Si una Constitución es un texto que hay que rendirle pleitesía, que es como un texto revelado, ahistórico, o si habita en el tiempo y en el movimiento histórico y si la generación que está atravesando nuevas vicisitudes tiene o no derecho de discutirla. Si es necesario reformarla o incluso elaborar una nueva Constitución, teniendo en cuenta que la Argentina de los 90 fue la Argentina de la convertibilidad, del Consenso de Washington, de la matriz neoliberal que dominó la vida social económica y política.

– CP: Y básicamente el pacto de Olivos, ¿no?

– RF: El pacto de Olivos. Una Argentina que si uno lee la Constitución del 94 hay una serie de articulados que son sostenibles y que podrían perfectamente mantenerse, pero el espíritu de esa Constitución tenía que ver con la idea de una sociedad involucrada con una ideología hegemónica que era neoliberal y que suponía pensar el país desde lo fragmentado: salud y educación estalladas en mil pedazos, los recursos naturales ya no como patrimonio de la nación sino de la decisión muchas veces aleatoria de cada provincia, una relación en la que Argentina no tenía absolutamente nada que ver con América Latina. Una cantidad de cuestiones que nos permiten imaginar que lo público nacional, que atraviesa distintos sectores y actores políticos, sociales y culturales, es una experiencia que vale la pena comenzar a desarrollar. Y este es el espíritu de la confluencia de todas estas organizaciones. Se leyó la carta de declaración de inicio el otro día en el teatro Margarita Xirgu en función justamente de habilitar la idea de que un debate es siempre algo muy bienvenido en la sociedad argentina.

– CP: ¿La idea de este movimiento es llevar el debate a los distintos lugares del país?

– RF: Sí. El mes que viene va a empezar en La Plata y en la provincia de Buenos Aires. La idea es generarlo a lo largo y ancho de todo el país, con iniciativas que sean tanto del espacio creado el otro día, como de iniciativas propias de distintas provincias y ciudades. Con la idea justamente que viene del fundamento de la Constitución: que el soberano constituyente es el pueblo. Entonces abrir un debate, recorrer la geografía argentina, saber que cuando uno debate la Constitución debate la vida de una sociedad, sus derechos, sus matrices culturales, su orden jurídico, la problemática ambiental y la relación con la naturaleza. También el problema de la propiedad: si se puede reducir la cuestión de la propiedad pura y exclusivamente a la rentabilidad o a la propiedad privada, o si se puede incorporar la idea de la propiedad social. Si cuando se discute la economía se discute sólo la producción abstracta de riqueza o también la idea de la economía social. Si tenemos que incorporar o no el descubrimiento que hemos hecho estos últimos años de que nuestro destino es un destino latinoamericano y fundamentalmente sudamericano. Lo que ha significado también la política de derechos humanos y el modo de colocarla en el interior de la Constitución. El derecho a la tierra, a la vivienda. En fin, una cantidad de cuestiones que recorren de lado a lado el núcleo de la vida de una sociedad. Por eso siempre un debate en torno a una Constitución es un debate enriquecedor, generador de iniciativas en la que nada queda afuera de debate.

– CP: Sin duda una de las cosas que se van a tratar en este proyecto de reforma constitucional va a ser el tema de la reelección y la posibilidad de que la presidenta Cristina Fernández pueda tener otro mandato…

– RF: Eso es interesante, porque obviamente en la disputa política en la Argentina actual queda claro que cuando uno habla de una nueva Constitución o reforma constitucional la pregunta cae de maduro. Es decir, saber si se hace pura y exclusivamente para generar las condiciones de una nueva re-relección de Cristina. La pregunta inmediata que hacen los medios de comunicación, y sobre todo los medios corporativos, es tratar de reducir un debate necesario y rico a la especulación o a la construcción estratégica y maquiavélica de la re- reelección.

Uno de los acuerdos fuertes de todo este espacio de confluencia es que a nosotros nos interesa generar un debate sobre el fenómeno de constitucionismo. Por supuesto no somos ingenuos. No miramos hacia el costado y sabemos que en estos años que se vienen la continuidad del proyecto iniciado por Néstor Kirchner, y continuado por Cristina Kirchner, está ligada a lo que se llama la herencia o la sucesión, y que por supuesto está en el ambiente la discusión sobre si hay una continuidad o no del mandato de Cristina. Pero lo que nosotros hemos consensuado, porque dentro de este espacio hay quienes están de acuerdo con la re-reelección y quienes no están de acuerdo es decir, es un espacio amplio donde no hay una posición dominante y única—, es que no es un tema que nos compete en la creación de este movimiento. Entonces, este movimiento no se crea en función de la re-reelección, sino que se crea en función de ir hacia una nueva Constitución emancipadora. Si los tiempos políticos e históricos de la Argentina generan un debate en relación a la cuestión de la re-reelección eso será otra cuestión, pero no es el centro de lo que ha generado este movimiento.

 

Golpe de Estado en Paraguay

 

– CP: Una de las cosas que planteabas era esta nueva ubicación de Argentina en cuanto América Latina, su relación y sus vínculos con los países hermanos, por eso no puedo dejar de preguntarte por lo que está pasando en nuestro país hermano Paraguay.

– RF: La verdad es que es tremendamente preocupante. La derecha paraguaya es una derecha muy activa, el establishment económico y la continuidad de lo que ha sido el fenómeno de Stroessner y el partido colorado sigue teniendo un caudal y un peso específico enorme. Tienen mayoría en el Congreso de Paraguay y Lugo no ha podido, no ha logrado encontrar consensos dentro del Congreso. Su apoyo fundamental son los sectores sociales y populares, los campesinos.

Es una avanzada restauracionista, al modo como se dan las avanzadas restauracionistas en estos momentos en América Latina que es utilizando los mecanismos legales de la propia estructura institucional. Por eso la situación es muy compleja, porque si el Congreso después de seguir los pasos que están siguiendo, que son pasos legales, vota la destitución de Lugo estamos frente a un enorme problema.

La UNASUR tiene que intervenir, lo está haciendo, la situación no es para nada fácil. La decisión también ha tomar por parte de Lugo es si se apoya o no en los sectores populares. Ver hasta dónde hay una fuerza real de los sectores populares para impedir esta nueva forma de golpismo, que ya se dio en Honduras, ahora Paraguay, en Ecuador y se intentó bajo otras condiciones con la medialuna boliviana contra Evo, que intervino fuertemente Argentina, Ecuador etc.

Por eso digo que es preocupante. Primero por los lazos profundos que nos unen con el Paraguay, porque cada país de Sudamérica que queda o que puede quedar afuera de este proyecto emancipatorio que viene construyéndose en los últimos años debilita el proyecto en su conjunto. Porque hemos sabido construir vínculos de seguridad muy grandes entre los gobiernos y ojalá que se pueda impedir que nuevamente la derecha paraguaya hegemonice el poder en el Paraguay. Sería un retroceso muy grande, de un país que atravesó una de las dictaduras más feroces de América Latina, que dejó una construcción social política feudalizada, muy dañado socialmente y que Lugo con mucho esfuerzo intentó de a poco ir revirtiendo, pero también con condiciones de mucho condicionamiento.

– CP: Lugo tiene poca construcción política propia. ¿Eso es una dificultad?

– RF: Esa es la gran debilidad; llegó al gobierno a través de aliados que inmediatamente lo traicionaron. O no lo traicionaron. Fueron lo que son y han sido siempre: sectores conservadores, sectores liberales de derecha que terminan siempre arbitrando alrededor del partido colorado, que en realidad es el stroessnismo el que ha impuesto las condiciones del último medio siglo de vida paraguayo.

Aparte, la paradoja es que el año que viene hay elecciones en el Paraguay, con lo que en realidad no había ningún “apuro” (entre comillas). El problema es que el candidato de Lugo viene muy bien en las encuestas, entonces esto también es una manera de condicionar previamente aquellas elecciones. Pero también es una enseñanza: si un proyecto que se quiere popular no profundiza, no construye una política que a la vez genere participación popular para defender precisamente el proyecto, va a estar siempre muy condicionado. Es lo que ha sucedido en el sentido inverso y como enriquecimiento en la Argentina, sobre todo después de lo que fue el intento destituyente en el año 2008. Un gobierno que dobló la apuesta, que profundizó, que lejos de plegarse y de aceptar el chantaje corporativo, avanzó a contra mano de lo que habían sido las experiencias de los gobiernos democráticos previos y, al mismo tiempo, se fue recreando en movilización social popular. Entonces, este es el punto central: cuando nosotros creamos o tenemos la intención de abrir un movimiento como el de la reforma constitucional, lo hacemos también bajo la perspectiva de que hay que seguir alimentando el debate público, con confluencias de distintas experiencias político-sociales, en este espíritu de unidad, de organización y sobretodo de repolitización de la sociedad argentina.

 

Paro de Camioneros

 

– CP: ¿Qué te parece que va a pasar con el paro de los camioneros y la adhesión de unos cuantos gremios de la CGT, partidos de ultra-izquierda y hasta las señoras que cacerolean en Recoleta?

– RF: La verdad es que es lamentable el giro que ha dado el Moyanismo. Es tremendo, porque uno lo escuchaba a Hugo Moyano nada menos que en TN, hablando en un programa tan emblemático de la corporación mediática como es “A dos voces”, anunciando un paro general, descalificando estos años de gobierno, descalificando incluso la embestidura presidencial en medio de un paro absurdo. Al día siguiente se demostró que en realidad era una provocación, porque se hizo un arreglo entre las patronales y el sindicato del 25,5%. Se desconoció la conciliación obligatoria, se salió al ruedo con declaraciones intempestivas.

Yo creo que equivocan profundamente el camino. Me parece que pone en evidencia que había otro Moyano detrás de Moyano y que nos remite en realidad al Moyano fundador de la juventud sindical de los años 70 y de la vieja burocracia, y no el Moyano que uno pensaba que también había aprendido las lecciones de la historia y los procesos de cambio y por eso era un aliado importante del kirchnerismo. Hoy, que tenga a su derecha en el confederal de la CGT al “Momo” Venegas, que es el sindicato que tiene la mayor cantidad de trabajadores en negro, con los peores salarios, y hablando del impuesto a las ganancias de los trabajadores de mayores ingresos, es casi una tomada de pelo, una cargada. Y que otros sindicatos dirigidos por dirigentes que se decían a sí mismo kirchneristas y que parecen como muy progresistas desde Piumato a Juan Carlos Smith hagan silencio apoyando un paro general en un momento de la Argentina donde las paritarias siguen discutiendo salarios sin condicionamientos y por encima incluso de los índices inflacionarios de las consultoras de la oposición. En un mundo que está restringiendo salarios, recortando jubilaciones, impulsando políticas de ajustes salvaje y dominada por la estructura bancaria financiera; en la Argentina pasa todo lo contrario: se intentan defender trabajos, sustitución de importaciones para garantizar el proceso de reindustrialización, sigue habiendo paritarias y no se ejerce ningún tipo de represión en la protesta social.

Ahí van a confluir todos aquellos que confluyeron en 2008. Se van a mezclar los partidos de la derecha opositora, esa ultra-izquierda que siempre mira el mundo desde un encriptamiento ciego, hasta los sectores del duhaldismo y los sectores procesistas incluso.

Entonces, me parece lamentable. Pero bueno, estamos en democracia. Harán su paro el miércoles, irán a Plaza de Mayo, seguramente llevarán mucha gente porque tienen aparato para hacerlo, pero yo estoy seguro que el 98% de los trabajadores argentinos que votó en octubre pasado por Cristina Kirchner saben perfectamente quién y qué proyecto ha generado un cambio en sus vidas, en sus salarios, con sus expectativas y sus derechos estos años.

– CP: Como dijo Hugo Yasky: “A nosotros no nos llaman a un paro por TN”.

– RF: Tremendo. Incluso al lado de Moyano estaba Melconian, un terrorista de la economía neoliberal de los 90, un hombre del menemismo asintiendo todo lo que decía Moyano. La sensación de la mentira, de la impostura y de la deslealtad misma que uno imagina que tiene que haber.

Me parece que se puso en evidencia una etapa en la Argentina y que Moyano estaba acostumbrado a otro modo de pensar y de vincularse con el poder. Y a partir de allí se han producido una serie de cuestiones que han llevado a esto que no es lo mejor. Probablemente puede poner en discusión y eso no está mal: si el mínimo no imponible, si el impuesto a las ganancias, si la asignación familiar, etc, porque creo que son reclamos legítimos.

– CP: Ni cuando Machinea impuso la famosa tablita hubo semejante reacción…

– RF: Por supuesto. Pero aparte viniendo de quien en los últimos ocho años ha defendido el cambio estructural de la vida cultural, política, económica y social argentina. Alguien que el año pasado llamó a votar a los trabajadores por Cristina Kirchner porque representaba la continuidad de un proyecto que había recuperado trabajos y salarios. Hasta los propios sindicatos recuperaron capacidades de negociación y de ocupar un lugar importante en la vida social política argentina gracias a lo que significó este cambio histórico en la Argentina desde el año 2003 en adelante. Por eso, llama la atención el tipo de respuesta destemplada.

 

Entrevista desgrabada por Gabriel Di Battista.

Movimiento por una Nueva Constitución Emancipadora