“La derecha está queriendo demostrar todos los días, y por eso aparece la batalla mediática de manera constante, que la educación pública fracasa”

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Después de su disertación en la VIII Conferencia Mundial de Educación Superior e Investigación y de viajar a Brasil en el marco del Movimiento Pedagógico Latinoamericano, el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, habló en “CONADU en el medio” sobre su compromiso con la educación pública.

 – Cristina Pauli (CP): Hugo, queríamos saber tu opinión sobre la importancia de la VIII Conferencia Mundial de Educación Superior e Investigación que por primera vez se realizó en Buenos Aires.

– Hugo Yasky (HY): Creo que fue una oportunidad enorme que hemos podido construir con un esfuerzo muy grande y un aporte todavía mayor que hizo CONADU, en el marco de la Internacional de la Educación de América Latina.

Tanto en la Conferencia Mundial como en los encuentros que se organizan en el marco del Movimiento Pedagógico Latinoamericano, siempre la discusión gira alrededor del momento que vive actualmente América latina y, sobre todo, los países de la región que han logrado avanzar con procesos populares y democráticos. Porque esos países han puesto otra vez en debate la vinculación de la educación con un modelo de nación, con un modelo productivo, con un proyecto nacional y de integración regional.

Todos estos temas desde ya que generan debate y disputa, también en el terreno de la concepción de la educación superior. Es decir, definir la universidad como un territorio, como un espacio en el que estas cuestiones tienen una gravitación absoluta sobre cuál es el modelo que determinemos para nuestros pueblos.

Por otro lado, la presencia de casi todos los compañeros de la educación superior de los países de la región y del continente le dieron un avistamiento especial a la convocatoria.

– CP: Sin duda que eso enriqueció mucho la discusión y permitió ampliar las temáticas.

– HY: Sí. Hoy mismo hay una tensión muy fuerte en la región y muchas veces dentro de cada país, a partir de la tendencia a seguir imaginando la sociedad en términos de mercantilización, donde la educación se convierte también en una mercancía. Y ese debate tiene del otro lado a un paradigma que se opone y que piensa la educación como un derecho social y como un instrumento para construir relaciones entre seres humanos y ciudadanos, y no relaciones mercantiles. La educación como una herramienta para que desde el proyecto popular y democrático se pueda avanzar con modelo de nación. Estos son temas que de manera muy frontal y muy particular impactan en academias. Son cuestiones que estamos debatiendo.

A veces nosotros podemos establecer con trazos muy gruesos la diferencia entre un país como Colombia o como Venezuela, Brasil o Argentina donde se han recuperado políticas públicas. Pero si nosotros metemos un poquito la lupa, dentro de cada uno de nuestros países aparece todavía hoy expresada esta disputa entre dos modelos. Muchas universidades privadas del país, que pertenecen a la órbita de lo que se denomina el mercado educativo, plantean estos paradigmas más allá de que hoy están siendo cuestionados por la práctica y por la propia producción de quienes queremos construir otro modelo.

Por eso creo que los debates que se dieron durante la VIII Conferencia Mundial de Educación Superior e Investigación significaron un aporte muy importante también para el proyecto que estamos tratando de llevar adelante, en términos de un nuevo modelo que rompa fundamentalmente aquellas cuestiones que nos ataron al esquema del neoliberalismo.

– CP: Contanos de tu participación en la 8va. Conferencia Nacional de Educación que se hizo en Brasil en el marco del Movimiento Pedagógico Latinoamericano.

– HY: Nosotros tuvimos un primer encuentro continental en Colombia, en la ciudad de Bogotá el año pasado, donde le dimos el puntapié inicial a esto que aparece como un movimiento. Una iniciativa en permanente construcción. En el año 2012 el capítulo fue el de la convocatoria nacional, por eso estamos haciendo en cada uno de los países de América latina una convocatoria donde la idea es discutir una propuesta pedagógica, una propuesta de sentido para la escuela pública: redefinir el papel del docente; tomar temas concretos, como la evaluación, y poner esa discusión a tono con lo que pasa en las escuelas de nuestro continente, para analizar estos modelos que todavía tratan de ser impuestos por agencias internacionales, oficinas públicas o entes privatizados financiados por algunas multinacionales que promueven las viejas políticas neoliberales para el sector educativo.

Entonces, queremos construir nuestra propuesta surgida desde los haberes, desde la experiencia, desde la propia entraña de la escuela pública y con el aporte de los docentes, para tratar de articular todo lo que surja de los congresos del Movimiento Pedagógico que se están haciendo este año en un nuevo encuentro continental que va a ser el 19 de septiembre en Recife, Brasil, que es la ciudad donde nació Paulo Freire. Ahí estaríamos convocando el año que viene al segundo encuentro pedagógico con la idea de definir algunas líneas que nos permitan disputar por un modelo educativo que exprese esta transición de naciones que han decidido, en el terreno económico y de las políticas sociales, tomar distancia de los paradigmas del neoliberalismo, pero que en el terreno educativo todavía están buscando cómo girar hacía otro proyecto.

– CP: Claro, todos estos cambios son muy lentos. Es todo un proceso reconstruir esa escuela que fue tan vapuleada en los noventa, cuesta mucho y va a costar mucho volver a armar desde otro modelo. Pero es interesante esta lucha que se está dando y muy simbólico que el II Encuentro Pedagógico Latinoamericano se haga en Recife y el día del cumpleaños de Paulo Freire, que realmente fue un maestro en esta mirada de la educación.

– HY: Además porque todo esto no se da en el terreno aséptico de una especie de esfera de cristal, donde discutimos como en un simposio desde la teoría pura. Todos estos debates se están dando en un escenario donde, como Argentina, los países están viviendo turbulencias sociales, donde aparecen los factores de poder dominantes tradicionales queriendo recuperar terreno, donde sin haber logrado todavía poner en práctica la propuesta por la que luchamos tantos años ya empiezan a escucharse las voces de la derecha que dicen: “Bueno, está fracasada la política que ustedes implementaron. Ustedes dijeron que había que dejar atrás la década perdida, dijeron que había que dejar atrás la ligazón dependiente con la receta del Banco Mundial, hablaron de financiamiento educativo, revieron leyes educativas… pero ¿dónde están los resultados?”. La derecha está queriendo demostrar todos los días, y por eso aparece la batalla mediática de manera constante, que la educación pública fracasa.

Están queriendo volver sobre los viejos paradigmas de que todo lo privado es mejor y, fundamentalmente, tratar de enrostrarnos a los sectores populares que hemos luchado en la resistencia y hemos logrado algunos cambios, aunque todavía se necesitan muchos más profundos. Recién estamos empezando en esa marcha, porque en términos de educación siete u ocho años es poco tiempo para ver cambios concretos.

– CP: Destruir es más fácil que construir…

– HY: Claro. Están diciendo: “Bueno muchachos, ustedes ya fracasaron, hay que volver a las viejas recetas”. Pero se trata de un proceso. Además, existe otra contradicción: en Brasil, en Argentina y en muchos países con estados federales hay jurisdicciones con gobiernos que llevan adelante políticas progresistas y hay otras donde hay gobiernos que llevan políticas neoliberales de fuerte corte privatista y con una ofensiva permanente contra la escuela pública, como es el caso de la ciudad de Buenos Aires con Macri.

Entonces, es un debate apasionante pero también complejo y lleno de contradicciones, porque hablamos de proyectos que se niegan a morir y de otros que no terminan de tomar forma en medio de la disputa entre protagonistas que gobiernan con paradigmas que intentan ser nuevos y otros que gobiernan con paradigmas que son los mismos que tuvimos en la década del 90.

 

Entrevista desgrabada por Gabriel Di Battista.