EDUARDO RINESI: “No es evidente que la universidad sea pensada como un derecho”
“Humanitas, Universitas. El derecho a la educación superior en tiempos de catástrofe” se tituló la conferencia de Eduardo Rinesi, ex rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento, en el marco del «II Congreso Internacional: la Universidad como derecho. Perspectivas desde el Sur» que comenzó hoy organizado por CONADU, junto con la Internacional de la Educación para América Latina (IEAL) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Yamile Socolovsky, Secretaria de Relaciones Internacionales de CONADU y Directora del IEC-CONADU, moderó la presentación: “Eduardo encontró con la idea del `derecho a la universidad́ la manera de conceptualizar algo que veníamos planteando cuando pensábamos en la universidad y en el lugar político y social de la universidad. Tenemos la necesidad de volver a pensar una y otra vez qué quiere decir el derecho a la universidad y qué implica garantizar este derecho, con qué nos enfrentamos y qué estrategias, qué miradas, qué revisiones, qué transformaciones tenemos que producir para efectivamente garantizarlo, en un sentido denso y potente”.
Rinesi comenzó la conferencia con una historización sobre el concepto: “La idea de la universidad como derecho ya dejó de ser una idea para pasar a ser un mandato de ley de la nación en nuestro país. Y eso es una gran cosa. Y antes de ser un mandato de ley, fue (hace este año, exactamente, 15 años) una declaración. En 2008, la Segunda Conferencia Regional de Educación Superior que se había reunido en Cartagena de Indias generó una declaración extraordinariamente potente”.
Para Rinesi, pensar la universidad como derecho se nos va volviendo una costumbre: “Ya no nos asombramos mucho cuando lo leemos y eso es una gran cosa. Porque no es evidente que la universidad sea pensada como un derecho. La universidad, en realidad, es un nivel educativo muy antiguo, y a lo largo de sus mil años de historia nunca la universidad se pensó o fue pensada como una institución que debiera garantizar nada que se conceptualizara bajo la forma de un derecho universal. Más bien, las universidades siempre fueron eficaces máquinas de fabricar elites. Las elites que los países necesitaban para funcionar”.
El filósofo y politólogo ubicó la identificación de la universidad como un derecho en América latina en los tres primeros lustros del siglo 21, en el marco de un conjunto de procesos de democratización: “Durante una ampliación muy grande de derechos culturales, educativos, sociales, económicos, laborales, previsionales y de todo tipo en una importante cantidad de países de América del Sur empieza a tener sentido esta idea de educación superior como un derecho. Esa frase no habría tenido sentido alguno en la década del 80 del siglo pasado, ni en la de los 50 ni en la de los 10”.