“Los argentinos tenemos hoy una justicia que puede llamar a las cosas por su nombre, y decir que en nuestro país hubo un plan sistemático de apropiación de bebés dentro del marco de exterminio de una generación”
El jueves pasado, el Tribunal Oral Federal 6 condenó a Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone por «sustracción, retención y ocultamiento» de hijas e hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar, en veinte y treinta y un casos respectivamente, y dictó 30 y 40 años de «prisión e inhabilitación absoluta» a Antonio Vañek y Jorge «El Tigre» Acosta. Además, el TOF6 definió el robo de niños como plan sistemático, producto de una práctica organizada desde la cúpula del poder militar.
Al día siguiente de la sentencia, hablamos en “CONADU en el medio” con Victoria Montenegro, nieta recuperada y pieza fundamental de este proceso judicial al denunciar la complicidad del fiscal Juan Martín Romero Victorica con su apropiador, el ex coronel Herman Tetzlaff y su esposa María del Carmen Duartes.
– Victoria Montenegro (VM): Vivimos un momento de reparación, de justicia, de una lucha que lleva muchos años. Pero ahora podemos no quedarnos con una verdad a medias sino profundizar realmente en lo que les pasó a todos. Además, los argentinos tenemos hoy una justicia que puede llamar a las cosas por su nombre, y decir que en nuestro país hubo un plan sistemático de apropiación de bebés dentro del marco de exterminio de una generación. Es muy importante y es parte también de un avance que venimos haciendo desde 2003, con este juicio y con todos los juicios que se están abriendo en todas nuestras provincias.
– Cristina Pauli (CP): Y sobre todo creo que hay una cuestión interesante y es que ustedes siempre han respondido con la búsqueda de justicia y la ley, y no con la mano propia, la venganza y el odio.
-VM: Las Abuelas esperaron 36 años para este momento. Es muy movilizante cuando los ves entrar, cuando se sientan, cuando no se inmutan. Yo me acuerdo de entender que un militante político pierde su condición de ser humano, pasa a ser un objeto y si hay que exterminarlo se lo extermina. Hoy por hoy, gracias a Dios y a las Abuelas, soy Victoria y no deja de movilizarme y de espantarme tanto odio. Porque realmente uno que las ve a las Madres y a las Abuelas y piensa tantos años de lucha, y hoy acompañadas por un montón de compañeros, de organizaciones, de mucha gente buena que siente que esto es propio, pero los primeros años estuvieron solas y tildadas de locas por gran parte de la sociedad. Y a pesar de eso pidiendo justicia, porque nosotros no queremos ni agredirlos, ni insultarlos, consideramos que ni siquiera valen eso. Lo que importa es que la justicia dictamine que estas personas nos han hecho mucho daño a todos y que paguen.
– CP: Supongo que habrá sido fuerte cuando en su defensa Videla dice que las mujeres usaban a sus hijos como escudos humanos…
– VM: Sí; que éramos embriones (risas). Es violento, es muy violento. Me río porque tenemos que ser felices a pesar de todo; pero sí, es muy fuerte. No podés dejar de pensar, y a mí me pasa todo el tiempo y a muchos de nosotros, en que mis papás cuando nos tienen son muy chiquitos, mis papás tienen la edad de mis hijos. Entonces vos pensás en una criatura de 18 años, como tenía mi mamá cuando dio a luz. Fui sabiendo, gracias a mis tíos y a los compañeros, el amor con que nos trajeron al mundo, cuánto nos desearon, los nombres que eligieron para nosotros y todo eso está tan alejado de estas mentes enfermas. Y lo que sentimos es amor, no es nada más que eso, nuestros papás no nos trajeron para usarnos como escudos, nos trajeron para formar una familia, para hacer crecer este país porque tenían un sueño hermoso y enorme, y nosotros formábamos parte de ese sueño. Pero bueno, son personas enfermísimas y no tienen esta capacidad que tenemos nosotros de sentirlo desde este lugar.
– CP: ¿Cómo lo tomó tu familia? Que sabemos que han sufrido junto con vos este proceso de transformación de María Sol a Victoria.
– VM: Sí, el cambio de identidad, el cambio de vida, de todo. Mis hijos desfilaban con la marcha de las Camelias… Mis papás me pusieron Victoria, porque decían que la victoria estaba a la vuelta de la esquina. Y esto que nos pasa ahora, quizás no nos damos cuenta, pero cuando escuché los relatos de sus compañeros me hizo acordar a muchas cosas desde otro lugar. Mis hijos hoy levantan la bandera de la militancia, mi marido acompañándolos y además sosteniendo un proyecto, porque esto va más allá de una sentencia, porque esto sigue y hay muchas cosas que tenemos que seguir profundizando.
Entrevista desgrabada por Gabriel Di Battista.