Guillermo Scherping: “En Chile, estamos discutiendo la construcción de una nueva hegemonía, de una nueva cultura”

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En la hermana República de Chile, después de cuatro años de gobierno de derecha, retomó la iniciativa la izquierda y el campo popular de la mano de Michelle Bachelet, que reformuló el espacio político que la llevó a su segunda presidencia incorporando, sobre todo, la dinámica social de protesta que encabezaron los estudiantes universitarios para cuestionar ese modelo de universidad tan elitista, tan neoliberal y tratar de pelear por una educación pública y popular para todos. Para conocer más a fondo todo este proceso charlamos con Guillermo Scherping, miembro del Colegio de Profesores de Chile, de la Central Única de Trabajadores.

 

– CONADU: Vivimos con mucha alegría, con mucha expectativa todo el proceso de transformaciones que se anuncia y se está viviendo ya en Chile. En particular lo que refiere al tema educativo, que fue uno de los principales ejes de la oposición al gobierno de derecha de Piñera y de la campaña de Bachelet. ¿Cómo se está planteando esta discusión?

– GUILLERMO SCHERPING (GS): La verdad es que se ha abierto una discusión no sólo relativa a los proyectos de ley que se han enviado, sino que ha ampliado al campo de la batalla ideológica. Todos los sectores comienzan a pronunciarse y a activarse en torno a esto: la Iglesia, el sector privado, los empresarios, la industria educacional, las universidades privadas, las universidades estatales. Así, aquellos elementos que fueron mostrados, exhibidos durante años al continente como ejemplares del sistema educativo chileno comienzan a mostrar sus pies de barro. En concreto, políticamente el gobierno ha optado por iniciar una reforma en el ámbito del financiamiento de la educación pública escolar.

– CONADU: Guillermo, contanos a los oyentes de Argentina que por ahí no entendemos qué significa el fin de la selección. ¿Cómo funcionaba este sistema?

– GS: Bueno, funcionaba con la teoría de la derecha: los ciudadanos libremente eligen los servicios en el estado neoliberal. Y en este caso entonces los padres elegían la educación de sus hijos.

¿Cómo operó en realidad ese derecho en Chile? Los dueños de establecimientos educacionales eligiendo a los estudiantes y a las familias por la vía del copago, porque si tú no tenías dinero no podías ir a su colegio, y en segundo lugar por la vía de las elecciones académicas de los estudiantes. Entonces, ¿qué ocurre? Que después cuando se aplica una prueba estandarizada ellos aparecen con un muy buen resultado por encima del sistema público. Se dice entonces: lo privado es mejor que lo público.

Ocurre que cuando tú cruzas el tipo de administración pública privada, el resultado y el factor socioeconómico de los estudiantes, lo público siempre resulta en la investigación mejor que lo privado. Pero en la apariencia lo privado es mucho mejor que lo público por el puntaje que te da la prueba. Entonces el derecho “de los padres a elegir los establecimientos desaparecen”, son los dueños de los establecimientos los que eligen a los padres y a los niños. No es que el colegio sea bueno o los docentes de esos colegios sean buenos, lo que es bueno es la selección que hacen de los estudiantes del sector público.

– CONADU: Claro, funciona como un sistema que se justifica en sí mismo. Si elegimos a los más privilegiados es obvio que lo que va a resultar es un colegio de privilegios.

– GS: Exactamente. Entonces para nosotros el corazón de la reforma va a venir en el segundo semestre y está ya comprometido con un proyecto de ley de nueva institucionalidad de la educación pública. Vale decir se des-municipaliza.

Y el otro proyecto de ley es el de la carrera profesional docente, que implica la revalorización de la docencia, la dignificación de la docencia, pero también una discusión más profunda respecto del rol de la docencia. Porque el modelo educativo de mercado te impone un docente tutor, y un Estado donde el derecho a la educación pasa a ser un derecho humano y social impone un docente educador, que es muy distinto.

Hay que hacer una carrera que promueva ese tipo de desarrollo profesional. Chile después de 78 años se plantea crear al menos, modestamente, dos universidades públicas en las provincias. En un país que liberalizó absolutamente la educación superior. De 16 universidades públicas tenemos 65 privadas. Chile tiene el milagro de que se demoró como 125 años en crear ocho universidades: seis privadas y dos públicas, pero en un periodo de tiempo récord fundó 65 universidades privadas. Pero eso empobrece la formación universitaria, precariza a los docentes de la educación universitaria, desvincula absolutamente la universidad del desarrollo nacional porque pasa a ser un negocio. Necesitamos que se planteé la creación de universidades públicas en regiones vinculadas a los desarrollos de esas regiones y además una forma de financiamiento distinta de la universidad pública respecto de la privada.

– CONADU:Además del impacto que tiene sobre el sistema educativo tiene un gran impacto en la pelea política y cultural en Chile, que tiene que ver con construir ese gran bloque ideológico que legó el pinochetismo. Ese bloque ideológico, cultural, social, institucional. Incluso sobre cómo se toman las decisiones de esas mayorías que tiene el congreso extrañísimas, de cuatro séptimos, etc., para cambiar determinadas cuestiones. ¿Cómo ves el proceso más desde lo macro ya, yendo un poco a la etapa que se abre con el triunfo de Bachelet y la reconfiguración del espacio de la concertación?

– GS: Con un moderado optimismo. Los obstáculos con los que se encuentran estos cambios son enormes. No sólo la derecha, también pensemos que el sentido común que el modelo neoliberal fue creando en la gente pasa a ser un obstáculo, porque mucha gente dice “Pero si está bien pagar un poquito la educación, lo que no se paga no es valioso”. Entonces hay en este momento en el país un clima de debate, de mucha discusión, que también abre otras perspectivas, como tú dices. Se abre la perspectiva de que ya no se dan proyectos de ley sectoriales sino que estamos discutiendo la construcción de una nueva hegemonía, de una nueva cultura.

En la población hay que fortalecer las organizaciones sociales. No hay que olvidar de que fue el mundo social el que generó este nuevo clima político. Entonces no es cosa de volcarse sólo al aparato del Estado, sólo a la gestión del gobierno, hay que seguir en las organizaciones sociales generando debate. En eso estamos. Se han venido fortaleciendo importantes iniciativas, como por ejemplo el consejo nacional de trabajadores de la educación, en donde participan no sólo los trabajadores del mundo escolar sino también los académicos de las universidades estatales chilenas. En fin, Chile empieza a cambiar y afortunadamente también empieza a cambiar para el barrio.

Este es un país que miró a Europa, que miró a Estados Unidos, que hizo los tratados de libre comercio laterales con todo el mundo, que despreció al MERCOSUR, y hoy día comienza a mirar el barrio, comienza a mirar el MERCOSUR, comienza a mirar el ALBA, UNASUR.

– CONADU: Nosotros lo vemos con mucha esperanza, con mucha fe, con mucha confianza también en los compañeros que están llevando adelante esa gigantesca pelea. Y también muy emocionados por esa nueva etapa que se vive en Chile y que tiene que ver con esto que vos planteabas: la posibilidad de que Chile se sume al esquema de discusión frente a la gran crisis que se está viviendo a nivel global, a pensar una alternativa desde el sur, que tampoco es simple, que no sale del día a la mañana, que tiene sus tensiones, sus complicaciones pero que hoy vive en América latina una clara oportunidad para consolidar estos procesos. Ya no como un cambio en la coyuntura sino como procesos que llegan para quedarse.

– GS: Exactamente. Además ocurre en un momento de contraofensiva del modelo y particularmente del norte, de búsqueda de intervención. Lo que ocurrió en Venezuela, lo que ocurrió antes en Paraguay, en Honduras. Entonces es también una inyección de optimismo. Es una ofensiva posible de enfrentar. Lo que ocurrió en la misma Argentina en distintos momentos donde se ha intentado desestabilizar el régimen democrático. Esto se mueve por oleada y parece que ahora es una oleada que nos favorece.

Entrevista hecha por Federico Montero y desgrabada por Gabriel Di Battista.