De qué hablamos cuando nos referimos al aumento salarial: respuesta de CONADU a la inquietud de un “docente universitario”

frente-edifico-de-conadu.jpg El mensaje anónimo enviado por correo electrónico a nuestra Secretaría de Prensa, por alguien que, a juzgar por el contenido el texto, podría ser un docente universitario, se nos ha presentado como una ocasión propicia para arrojar algo de luz sobre cierto tipo de críticas que, huérfanas de argumentos que las respalden debidamente, expresan – como mínimo – un notorio desconocimiento respecto de la situación actual del salario docente universitario, y del modo en que nuestras organizaciones gremiales asumen su compromiso de representación de los trabajadores del sector.

 

A continuación del mensaje de nuestro anónimo e indignado colega, la respuesta de nuestro Secretario General.

—– Mensaje reenviado de jcornaglia@ctpe.com.ar —–
Fecha: Tue, 20 May 2008 08:58:18 -0300
De: José Luis Cornaglia <jcornaglia@ctpe.com.ar>
Responder-A: José Luis Cornaglia <jcornaglia@ctpe.com.ar>
Asunto: aumento salarial
Para: prensa@conadu.org.ar

«es un nuevo avance en la negociación salarial que demuestra que la
Federación se encamina por el camino correcto en sus reclamos».
Esta es la declaración de ustedes ante la firma del mamarracho de
acuerdo salarial.
Es cierto, ese es el camino correcto para sus intereses personales
(los de ustedes, «gremialistas K» pero nada que ver para nosotros los
docentes de verdad.
Estamos a 20 de mayo del 2008 y todavía no hay noticias del cronograma
de pago del suculento aumento conseguido por ustedes («gremialistas
K»). Si ustedes, secretario y cía. no son nuetros representantes, los
representantes donde están
Gracias por su atención y sepan disculpar mi profunda indignación por
la conducta de ustedes.
Ah, y no se hagan demasiados problemas porque no espero que me
contesten, no creo que se atrevan
Profesor:

He recibido su correo del 20 de mayo pasado, y desearía compartir públicamente con Usted algunas reflexiones.

En primer lugar, hubiera sido deseable que, antes de adjetivarlo, hiciese algunas consideraciones más precisas con respecto al último acuerdo salarial, al que tilda de «mamarracho». Si su ánimo era polemizar en torno a este asunto, y no meramente proferir una serie de acusaciones dirigidas a la conducción de la CONADU, la falta de argumentos coloca su discurso en el lamentable terreno de la falacia, si no en el de la simple provocación. Por otra parte, la percepción que miles de docentes que – consultados a través de sus respectivas asociaciones de base – han apoyado la firma de este acuerdo, al igual que aquellos que hemos concretado en los últimos años, es muy diferente de la suya. Sucesivas asambleas, encuestas, plenarios de delegados y otras variadas formas de consulta, han resultado mayoritariamente en la decisión de aprobar estos acuerdos.

 

Es probable que el conjunto de los docentes haya considerado importante que el salario de los trabajadores de nuestro sector haya recuperado los valores previos a la crisis del 2001, y, más aún, que haya superado los mejores porcentajes de la década de los `90. Este dato resulta de tomar como referencia un promedio de las mediciones utilizadas por empresas privadas, algunas de ellas incluso empleadas por la oposición, y no las cifras del devaluado Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC). Si lee el trabajo realizado por nuestro Instituto, donde se analiza la evolución salarial de los docentes universitarios en los últimos cuatro años, podrá ver que el incremento salarial ha sido en promedio de 300% aproximadamente. A riesgo de cansarlo, permítame poner algunos números que ilustran esta afirmación:

Cargo y Antiguedad

2003

2008

Prof. Titular D. Exclusiva. – 20 años antiguedad

$ 1695

$ 4714

Prof. Adjunto D. Exclusiva – 15 años antigüedad

$ 1178

$ 3690

Ayte. Diplomado D. Exclusiva – 10 años antiguedad

$ 820

$ 2326

Prof. Titular D. Semiexclusiva. – 20 años antiguedad

$ 542

$ 2357

Prof. Adjunto D. Semiexclusiva – 15 años antigüedad

$ 393

$ 1581

Ayte. Diplomado D. Semiexclusiva – 10 años antiguedad

$ 299

$ 1163

Prof. Titular D. Simple. – 20 años antiguedad

$ 196

$ 1178

Prof. Adjunto D. Simple – 15 años antigüedad

$ 140

$ 790

Ayte. Diplomado D. Simple – 10 años antiguedad

$ 99

$ 581

Los valores expuestos en la tabla corresponden a salarios netos, es decir, «de
bolsillo» (se calcula un 18% de descuento correspondiente al aporte jubilatorio y obra social), tomados en los meses de marzo de ambos años. Como verá no se incluye el último «acuerdo de mamarracho salarial». Le informo, por otra parte, que el cronograma del aumento se encuentra en nuestra página Web. El incremento pactado, aunque avanza incluso sobre las peores previsiones inflacionarias, puede ser revisado en cualquier momento si se evaluara como insuficiente. Si lee el acta acuerdo verá que no incluye ninguna cláusula de «paz social», por lo que ningún compromiso nos impide, si fuese necesario, reclamar incrementos adicionales en el transcurso del corriente año.

El incremento que se observa en la tabla – uno de los más altos logrados
entre trabajadores privados y estatales -, logro al que debemos sumar el blanqueo total de nuestros salarios, se ha alcanzado a través del trabajo serio y responsable de la conducción de esta Federación. Trabajo que ha sido avalado y reconocido, como dije antes, por miles de docentes en las diferentes consultas realizadas. Probablemente esta sea una razón de peso para que esos docentes – que eligen democráticamente a sus conducciones gremiales – consideren a este «secretario y cia.» como sus genuinos representantes. Evidentemente, no es su caso; pero las representaciones democráticas se constituyen sobre la base de la determinación de las mayorías.

 

Con respecto a su afirmación sobre su presunta condición de «docente de verdad», con respecto a la que nos atribuye – la de «gremialistas K» -, le informo, en primera instancia, que soy docente en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, en la Cátedra de Arqueología Americana III, además de desempeñarme como Profesional Principal en la CPA dependiente del CONICET, con lugar de trabajo en la División Antropología del Museo de La Plata. Para más datos puede ver mi Currículum Vitae en la página de la Facultad. La condición docente de los restantes integrantes de nuestra conducción puede tomarse el trabajo de averiguarla usted. De todos modos, sería mucho más productivo que reflexionara sobre el profundo sentido reaccionario de la construcción ideológica que ha procurado – a juzgar por casos como el suyo, con cierto éxito – desacreditar toda forma de actividad y organización política y sindical, colocando a cualquier persona que se involucre en ellas bajo el manto de la sospecha de ser guiado por inconfesos y espurios intereses. No mediando justificaciones consistentes, son más bien las acusaciones de este tenor las que podríamos sospechar de responder a esa clase de motivaciones, o al menos a una aceptación acrítica e ingenua de un prejuicio alentado interesadamente.

 

 

 

Precisamente, las definiciones políticas que ha asumido CONADU bajo la presente conducción, se hallan claramente expuestas en nuestras definiciones sobre la problemática universitaria, así como respecto de las diversas cuestiones que hacen a la actualidad nacional y latinoamericana, a través de documentos, declaraciones y convocatorias, todos ellos difundidos en cada ocasión por todos los medios a nuestro alcance, y publicados en nuestra página web (www.conadu.org.ar). Verá usted, si desea atender argumentos, que nuestro compromiso político es explícito, y que asumimos que la organización sindical de los trabajadores docentes de las Universidades Nacionales tiene la responsabilidad de superar los estrechos límites de una práctica corporativa, para intervenir en la construcción colectiva de una sociedad democrática e igualitaria, en la que todos (no solamente los docentes universitarios) tengamos asegurado el acceso a las condiciones que hacen a una vida digna.

Por último, lamento desilusionarlo y haberme tomado el atrevimiento de contestar su nota. Le ruego, eso si, que la próxima vez que nos escriba para hacerme llegar sus opiniones, nos ilumine sobre las razones que las sostienen.
También sería importante que firmara sus notas, nos aclarara cuál es su condición docente, y si es afiliado o no de alguna asociación sindical, porque para todos es importante saber con quién estamos discutiendo.

Agradezco su atención, y no se disculpe por la indignación, solo trate de dirigirla en el sentido correcto.

Carlos De Feo: Secretario General de CONADU